Gastos militares
EL LÍDER de la oposición conservadora, José María Aznar, considera que los recortes presupuestarios en Defensa han sido excesivos, y en ello ha venido a coincidir con el ministro Julián García Vargas, que hace 20 días desató una tormenta al calificar de "grave equivocación" esa decisión del Gobierno e insinuar que los recortes podrían haberse realizado en otras partidas. Aznar, que visitaba una de las principales unidades del Ejército de Tierra, no precisó en qué capítulos del presupuesto efectuaría el ajuste, limitándose a decir aquello que probablemente esperaban escuchar sus anfitriones. Pero si es lógico que los militares profesionales defiendan como una prioridad el gasto en Defensa, y poco sorprendente que el líder conservador se identifique con ese criterio, lo es menos que el ministro socialista lo interiorice hasta el punto de manifestar una queja pública frente a una decisión colegiada del Gobierno. La reducción del déficit es un objetivo del que de penden muchos otros, incluido el de financiar la modernización de las Fuerzas Armadas, y de ahí que tanto el Gobierno como el primer partido de la oposición lo consideren una prioridad central. Gobernar es elegir. Si se admite que era obligado un ajuste del gasto que compensase el encarecimi el encarecimiento de la deuda pública derivado de la subida de los tipos de interés, también lo era recortar algunas partidas conforme a criterios políticos.
Defensa ocupa el segundo lugar entre los departamentos afectados, después del de Obras Públicas. El recorte supondrá una reducción de unos 12.000 millones de pesetas en una partida de 866.000 millones. Es considerable, pero nada que justifique los pronunciamientos radicales de la prensa conservadora, que acusó a Felipe González de estar "dispuesto a dejamos sin EJército" y a "hipotecar la vida de las generaciones futuras". Esos mismos sectores han halagado a García Vargas escribiendo que es "un ministro que no se merece Felipe González". Quizá sí José María Aznar, a juzgar sólo por las declaraciones.
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