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Reportaje:

El Registro Civil carece de copias de seguridad

Libros. Fuego. Agua. Nada. La memoria escrita de Madrid peligra. La amnesia la amenaza. El único Registro Civil de la ciudad alberga siete millones de inscripciones.Pero carece de copias de seguridad. Si un fuego diezmara su archivo, Madrid quedaría sin memoria escrita de sí mismo. Las llamas, y también el agua de su sistema antiincendios, se encargarían de borrarla durante décadas. Los asientos allí inscritos son. únicos. No están informatizados. Tampoco han sido microfilmados. Cada año son cebados con medio millón más de documentos.

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Nadie hace caso de jueces y funcionarios judiciales. Desde 1984 alertan en vano sobre la' gravedad de tal carencia en el Registro Civil. El futuro de Madrid podría ser el olvido.Son 15.000 los tomos que contienen las inscripciones originales de toda la información que concierne a nacimientos, bodas y defunciones de los madrileños; desde siempre hasta hoy., Los primeros datos proceden de enero de 1871. Los últimos son de ayer. La base de datos depositada hace diez años en Pradillo, número 66, un edificio funcional de cinco plantas acristaladas y un sótano, compone el fundamento escrito de la vida civil -social y económica también- de la ciudad. Así lo asegura el juez José María Ferrer, donostiarra de 44 años, que ejerce como magistrado en el Registro Civil madrileño.

Un millar de los 15.000 valiosos tomos de uso diario del Registro es reencuadernado cada año, por orden del Ministerio de Justicia. Los tomos son de tres tipos: los de 532 inscripciones, los de 392 y otros, de paginación variable, más pequeña. Ello da un total aproximado de unos siete millones de registros de nacimientos, bodas, defunciones y tutelajes y adopciones.

Mangueras

Todos los libros se albergan en el sótano del edificio, que una compañía de seguridad, privada, Segur Ibérica" vigila. El sistema anti-incendios cuenta con algunos extintores de polvo en cada planta, pero el del archivo, propiamente, es del tipo Chácarrex, a base de mangueras de agua incrustadas en la pared: una vez derramada sobre libros y asientos registrales, los textos quedarían emborronados y dañados de forma irreversible, dice el magistrado Ferrer. Hay que tener en cuenta que buena parte de las inscripciones se realizan a pluma. El fuego y su extinción ante un eventual incendio producirían el mismo e irremisible resultado: la destrucción del registro. "A eso se le llama planificación ", dice un funcionario judicial con sorna.

El magistrado Ferrer alerta sobre un supuesto inquietante: "De sobrevenir un incendio o una inundación aquí en el Registro, reconstruir la memoria civil madrileña llevaría lustros e implicaría una tarea titánica, sin apenas garantías de desenlace satisfactorio".

El juez asegura que "ni el Ayuntamiento, ni la Comunidad Autónoma, ni el Ministerio de Justicia parecen percibir el alcance real de este asunto", que él califica. como de "extrema gravedad".

. Fuentes del Ministerio de Justicia indican que un registro de Murcia ha sido designado como archivo piloto para un proyecto de informatización y de copias de seguridad. Pero la mayor parte de los registros españoles carece de tal garantía. No hay asignaciones específicas para sufragar tales tareas.

"Justicia ha sido casi siempre una de las cenicientas de los Presupuestos Generales del Estado", señala otra fuente judicial.

La situación se prolonga desde que, hace. diez años, el Registro Civil de Madrid fuera unificado en la sede central de Pradillo. Hacia él fueron encaminadas las inscripciones registrales de una veintena de archivos de distrito, esparcidos por Madrid. Pero los legajos originales se dejaron en los servicios documentales de los barrios -cuando consiguieron permanecer allí-; por ello, resulta imposible autentificar hoy buen número de las inscripciones que el registro madrileño tramita.

En Madrid se inscriben anualmente 37.256 nacimientos (algo menos de la mitad proceden de las maternidades de La Paz, Doce de Octubre y del hospital de O'Donnell). De este número, media docena de las inscripciones registrales corresponden a niños abandonados. También se inscriben 14.433 matrimonios (10.726 canónicos y el resto civiles), así como unas 90 defunciones diarias de promedio (hay inviernos madrileños especialmente durers, en los cuales se registran hasta 120 fallecimientos por día; hay veranos benévolos, en los que las muertes no sobrepasan la cifra de setenta).

El plazo para registrar a un bebé en Madrid es de ocho días, en ' primera instancia, y de 30 días más en segundo plazo. En el margen izquierdo, de las inscripciones de nacimiento se anotan también las tutelas, las adopciones, las incapacitaciones o los reconocimientos; de éstos, suelen abundar los que son únicamente maternos.

Asimismo, son susceptibles de registro los abortos -2107 inscritos el año 1994- y las do naciones de órganos intervivos para trasplantes, que fueron 22 el año anterior. Todos los trámites son gratuitos. Empero, 200.000 certificados ya informados dejan de ser recogidos cada año. Ésta es la principal decepción de los funcionarios.

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