Arafat emprende una carrera diplomática para ganar apoyo a la causa palestina
Yasir Arafat se embarcó ayer en una campaña diplomática para reclutar apoyo interna cional a su argumento. de que Israel está incumpliendo "deliberadamente" el acuerdo de paz y que, por lo tanto, es necesario convocar una conferencia internacional similar a la celebrada en Madrid en 1991, que dio origen al actual proceso de negociaciones en Oriente Próximo.El presidente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) quiere crear presión colectiva contra Israel para acelerar la celebración de elecciones en Gaza y CisJordania, detener la confiscación de tierras árabes y la expansión de asentamientos judíos en los territorios ocupados, obtener la. libertad de millares de prisioneros palestinos y conseguir el total levantamiento del bloqueo israelí de Gaza y Cisjordania, impuesto hace un mes tras un sangriento atentado perpetrado por militantes islámicos suicidas.
El estancamiento del proceso de paz no es el único problema de Arafat. La creciente de silusión palestina con el pro yecto- de paz firmado por Ara fat y el Gobierno israelí hace 18 meses está profundizando las fisuras entre los palestinos. Éstas quedaron expuestas en la reciente reunión del comité eje cutivo de la OLP, celebrada en El Cairo, con sólo nueve de sus 18 miembros presentes.
La ausencia de Faruk Kaddumi, ministro de exteriores de la OLP, y Abu Mazen, fue sólo una de las manifestaciones de distanciamiento de figuras clave. Yasir Abed-Rabbo, titular de la cartera de Información en el Gobierno autónomo piara Gaza y Jericó, había exhortado a los palestinos a suspender las conversaciones con Israel, una moción contradictoria con los deseos momentáneos de Arafat.
Mohamed Zulidi Nashashibi, también miembro del comité ejecutivo, anunció oficialmente que la OLP no suspenderá el diálogo, pero acusó a Israel de tratar de dominar las negociaciones y atrasar el repliegue de sus tropas de Cisjordania, requisito para la celebración de elecciones que debían haberse celebrado en julio del año pasado. Israel, traumatizado por la cruenta ola de ataques de extremistas musulmanes, supedita el repliegue de sus soldados a la situación de seguridad de sus ciudadanos y, según fuentes palestinas, ha informado formalmente a Arafat que no tiene motivos para confiar en que la OLP es capaz de contener a los extremistas.
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