La subcomandante Elisa rememora desde la cárcel dos décadas de lucha política
No acepta el grado militar de subcomandante, pero sí habla de Chiapas y sus indígenas. En el Reclusorio Norte, donde cumple auto de prisión, Gloria Benavides, Elisa para sus familiares, rememora dos décadas de lucha política. Su paso por las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN) y su labor social con las comunidades indígenas de la selva Lacandona son escenas que le vienen a la memoria.A sus 39 años, Gloria recuerda aquellos años de movilizaciones desde las FLN: un movimiento guerrillero urbano nacido en Monterrey, que perseguía un "socialismo" que hoy reconoce, como utópico.
El pasado jueves, Elisa dejó de ir a la guardería, donde desde hace tiempo recogía a su hijo de poco más de un año. El miércoles 8 de febrero, su casa, en la calle de Tenayuca número 30, en la Colonia Narvarte, fue registrada por la Policía Judicial. "Apenas me dio tiempo de ir por un suéter". El resto fueron 48 horas sin saber dónde estaba.
"A mi no me golpearon; a, otras mujeres detenidas, sí", especifica. El presidente Ernesto Zedillo y el procurador general, Antonio Lozano, anunciaban que había una larga lista de 14 detenidos y cinco órdenes de aprehensión contra dirigentes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Entre ellos se buscaba a Javier Elorreaga, su esposo desde que se conocieron en 1985 en alguna comunidad indígena de la selva Lacandona. La subcomandante Elisa los había delatado, según la información oficial. Elorreaga, alias Vicente, fue detenido el viernes.
"Hacíamos trabajos con organizaciones no gubernamentales. Teníamos programas de salud y educación con los indígenas", explica. "Llegarnos a tener proyectos en coordinación con el Gobierno de Chiapas, programas de salubridad, campañas contra la poliomielitis...". Añade, que tomaban las decisiones en consejo con las distintas etnias que habitan en Chiapas.
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