Cavaco Silva afirma en su adiós al PSD que no hay alternativa a su política
Ambal Cavaco Silva se despidió ayer de la presidencia del Partido Social Demócrata (PSD) afirmando: "No hay alternativa a la. política que mis gobiernos han seguido en los últimos años". Hablando en directo para todo el país a través de todos los canales públicos y privados de radio y televisión, el primer ministro portugués lanzó un ataque feroz contra el Partido Socialista (PS), principal fuerza de la oposición. Cavaco Silva acusó a los socialistas de "no tener la menor idea de lo que es gobernar" y de "prometer a todos lo que piden".
Pero el primer ministro portugués añadió: "Quien promete lo que no puede dar, no merece la confianza del país". Cavaco Silva, que improvisó a partir del discurso que traía escrito, dedicó la primera parte de su intervención en la apertura del 170 congreso del PSD a un impresionante balance del cambio que Portugal experimentó en la última década en política económica, social, fiscal y administrativa, y reivindicó para el PSD el mérito de "haber arrinconado definitivamente el modelo socializante y colectivista" que predominaba en Portugal hace diez años.Defendió vehementemente la participación activa de Portugal en la construcción de la Unión Europea, pero dejó un aviso a sus compatriotas, subrayando que "los tiempos que vienen no serán un mar de rosas". Para un pequeño país como Portugal, dijo, "la credibilidad es el mayor triunfo para evitar ser relegado a la segunda división europea".
Credibilidad del Gobierno, del partido y de la Administración pública han sido el estribillo del llamamiento que Cavaco Silva dejó en su testamento político. Una credibilidad que, según él, Portugal ha conquistado con "esfuerzo, estabilidad, sacrificios y trabajo", pero que se puede perder, rápidamente si se instala la división y la desorientación en el liderazgo de la actual mayoría.
Éxito de público
No es exagerado decir que Portugal entero paralizó su actividad para escuchar el último discurso público del primer ministro en calidad de presidente del PSD.
El popular Coliseo de los Recreos, en La Baja de Lisboa, registró ayer una afluencia de público digna de las grandes noches de gala del mayor teatro lírico portugués. Desde muy temprano, centenares de personas trataban de conseguir una entrada para asistir al acontecimiento político más seguido por los medios de comunicación del año y más de 100 periodistas nacionales y extranjeros aseguraban la cobertura del evento.
Pero poco más de mil delegados, con una edad media de 33 años, son los que elegirán el domingo al sucesor de Cavaco Silva y, tal vez, el futuro jefe de Gobierno.
Hace cerca de un mes que la guerra de sucesión en el interior del partido gubernamental monopoliza las atenciones de los medios de comunicación portugueses y el PSD es desde ahora el gran vencedor de la "pelea de jefes" entre el ministro de Estado y de Defensa, Joaquim Fernando Nogueira, y el ministro de Exteriores, José Manuel Duráo Barroso. El partido parece despertar de la desmoralización en que lo había sumido la aparentemente inevitable victoria socialista en las próximas elecciones legislativas.
Tres sondeos de opinión publicados ayer en la prensa portuguesa confirman una sensible recuperación del electorado socialdemócrata. El Partido Socialista sigue en primer lugar pero con una ventaja de sólo seis puntos contra los 20 de hace dos meses.
El pasado sábado el semanario Expresso daba a Nogueira y Barroso -los dos candidatos mejor colocados para suceder a Cavaco- un sustancial margen de preferencia entre los electores en relación al socialista Antonio Guterres como primer ministro de Portugal.
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