Los holandeses no tendrán que ser enfermos incurables para acogerse a la eutanasia

Los holandeses que decidan hacer uso del derecho a morir no tendrán que ser necesariamente enfermos incurables ni estar en fase terminal. La ministra de Justicia, Winnie Sorgdrager, ha obtenido el apoyo de la Cámara baja, que con la excepción de los cristianodemócratas y los partidos confesionales, ha votado por una ampliación de los supuestos despenalizados hasta ahora. Si la Cámara alta lo aprueba, Holanda no perseguirá a los médicos que prueben el sufrimiento insoportable, aunque sea moral, y ausencia de perspectivas de mejora, sea o no terminal el paciente.

El inicio de la discusión tuvo su origen el mes de septiembre pasado tras el precedente sentado por el caso Chabot, un psiquiatra que ayudó a morir a una paciente de 50 años físicamente sana, pero que sufría una grave depresión. El fracaso de su matrimonio y la muerte de sus dos hijos en circunstancias trágicas le llevaron a perder las ganas de vivir. El Tribunal Supremo consideró que Chabot había respetado las normas deontológicas en vigor y, por primera vez en un caso de sufrimiento psicológico, no lo condenó.El debate abierto por este caso y la aprobación de la despenalización en la Cámara baja ha provocado una dura polémica en Holanda, informa Reuter. "Esto está abriendo las compuertas que evitan la inundación", dijo ayer Vicent van den Burg, miembro del partido cristianodemócrata. "Es una brecha en el dique que debemos cerrar", dijo telefónicamente.

Van den Burg dijo que los médicos deben trabajar siempre para salvar la vida del paciente si éste no está en fase terminal. Para permitir la eutanasia o el suicidio asistido, cuando un paciente no está en esta situación extrema es llevar la política de tolerancia demasiado lejos". El 80% de los holandeses se ha mostrado a favor de la legislación en este asunto tal y como está. Aún no hay datos de hasta qué punto apoyarían la ampliación aprobada ayer por el Congreso.

Aunque en principio continúa castigada con la pena de 12 años, la eutanasia fue despenalizada de forma parcial en Holanda a finales de 1993. No se trataba de aprobar una nueva ley. En realidad se regulaba la eutanasia con un complejo procedimiento burocrático de forma que despenalizaba una situación que se venía practicando durante años. Aunque hasta ese momento algunos médicos holandeses fueron condenados por intervenir activamente en la muerte de un paciente, la mayoría de los acusados pudo evitar el encarcelamiento demostrando que, habían respetado los estrictos procedimientos establecidos por la ley.

La normativa despenalizó parcialmente la ayuda a la muerte asistida bajo determinadas condiciones: necesidad de que el paciente, y no su familia, tome la iniciativa repetidas veces; se encuentre en fase terminal; tenga un sufrimiento insoportable y no haya posibilidad de mejorar. Debe, además, consultar su decisión con otros colegas. Finalmente, el médico debe informar de la muerte al forense, que hará un informe detallado al fiscal del Estado.

Casi el 2% de las muertes registradas al año son casos de eutanasia solicitada por un enfermo terminal a su médico. Anualmente se registran unas 9.000 peticiones de eutanasia.

El caso español

La eutanasia sigue, en, España, en dique seco. El nuevo Código Penal, un viejo proyecto que aún está lejos de entrar en vigor, supondrá un avance, ya que despenalizará la eutanasia pasiva, como confirmó hace ya un año el responsable de Justicia e Interior Juan Alberto Belloch. Según el ministro, el código introducirá una atenuación de las penas -ahora de hasta 20 años de cárcel- para los responsables o cooperadores necesarios al fallecimiento de un enfermo grave o terminal con sufrimiento insuperable.

Aún con el nuevo Código Penal en la mano, Ramón Sampedro, que se ha convertido en la voz más clamorosa en favor de la eutanasia, no conseguiría, como pretende, morir dignamente sin poner en riesgo a, quien le ayude. Sampedro, un hombre de 52 años que quedó tetrapléjico hace 27, ha visto rechazados todos sus recursos ante los tribunales para poder ejercer su derecho a morir.

Pero el caso español se homologa al resto del mundo. Sólo Holanda y Uruguay tienen leyes permisivas al respecto. El Estado norteamericano de Oregón (EE UU) aprobó en diciembre pasado, mediante referendum, una ley que permitía la eutanasia activa, pero está en suspenso porque fue recurrida por un grupo de ciudadanos.