Un mafioso arrepentido acusa de falsedad a Andreotti
La audiencia preliminar por presunta asociación mafiosa contra Giulio Andreotti volverá, casi sin duda, a ser aplazada hoy para que el ex primer ministro italiano pueda estudiar las declaraciones de Gioachino Pennino, considerado como el primer político mafioso arrepentido. Éste acusa de falsedad a Andreotti en un asunto clave del proceso: la relación del inculpado con los mafiosos Nino e Ignazio Salvo. Andreotti sostiene que tal relación era inexistente. El arrepentido afirma que Nino Salvo llamaba a Andreotti "tío Giulio" y que Ignazio tenía aún más familiaridad con el imputado.El tema es importante, porque, según el arrepentido Baldasarre Di Maggio, la reunión del 20 de septiembre de 1987 en que Andreotti besó presuntamente a Riina se produjo en casa de Ignazio Salvo.
Personajes de la clase, alta, muy ricos y miembros del clan de Salemi, cerca de Palermo, Nino, e Ignazio Salvo, engominados, elegantes, siempre con trajes y abrigos cruzados como los mafiosos del celuloide, basaron su enorme poder en dos factores: la recaudación de impuestos en la isla, subcontratada con el Estado, y su pertenencia a la Mafia y a la Democracia Cristiana, hacia la que podían desvíar la enorme cantidad de votos que controlaban fácilmente.
Pese a esa relevancia social y política, Andreotti asegura no haberles conocido jamás, y su insistencia en negarlo desconcierta a los jueces y a muchos italianos, porque, para un político que inició su corriente de partido en Sicilia, lo normal hubiera sido conocerlos y reconocerlo.
Los Salvo no pueden desmentir a Andreotti, que les trata como a personajillos de provincias, porque Nino Salvo murió en la cárcel e Ignazio Salvo fue asesinado por la Mafia en 1992, poco después del asesinato de Salvo Lima, el hombre de Andreotti en Palermo.
Regalo de bodas
Los jueces tienen una foto de grupo de Andreotti junto a Ignazio Salvo, tomada en un hotel propiedad de éste durante una reunión oficial de democristianos, y otra en la que Andreotti entra en un coche de los Salvo. El coche fue, durante años, el único blindado que había en la isla, y era utilizado por los políticos que la visitaban.
Una revista publicó hace meses que Andreotti había mandado una gran bandeja de plata como regalo de bodas a la hija de Nino Salvo. El ex primer ministro lo contradijo y se querelló. Gioachino Pennino, médico y ex concejal de Palermo cuyas confesiones están llevando a la cárcel a conocidos políticos sicilianos como Calogero Mannino, asegura ahora que, en 1993, el yerno de Nino Salvo le contó que había logrado esconder la bandeja de Andreotti para que la policía no la encontrara. Andreotti respondió anoche que se trata de patrañas y que los magistrados saben que el relato es falso. Los jueces interrogaron ayer a un nuevo testigo contra Andreotti.
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