Duro golpe a los lanzadores chinos tras un accidente con seis víctimas mortales

Una familia entera de campesinos chinos falleció tras caerle encima los restos de un cohete chino Larga Marcha 2E con un satélite de fabricación estadounidense a bordo. El cohete estalló a los 50 segundos del lanzamiento desde la base de Xichang. El suceso tuvo lugar el 26 de enero pasado y hará retroceder a los cohetes chinos en el panorama mundial de los grandes lanzadores al tiempo que ha alarmado al sector de los seguros espáciales. Es la primera vez que hay víctimas en un lanzamiento asegurado.En medios periodísticos prochinos de Hong Kong se ha publicado que el accidente se produjo por culpa del satélite y no del cohete y que pudo ser un sabotaje inducido por los países que quieren desacreditar los lanzadores chinos.

Estas acusaciones han provocado la enérgica protesta de la empresa Hughes, fabricante del satélite, que perdió otro igual y con el mismo cohete en diciembre de 1992. Aunque no se llegó a establecer oficialmente la causa, los expertos creen que se debió a una apertura adelantada de, la cofia que protege el satélite en la punta del cohete. De los cinco lanzamientos que ha habido de este nuevo cohete, dos han fracasado y uno se abortó en la rampa.

Hasta el día 6 de febrero no se publicaron testimonios de primera mano de la tragedia. Según el diario Wenhui de Shangai, un cráter de dos metros de profundidad marca el lugar donde estaba la casa de la familia de Luo Yuanmin, informa Reuter. El campesino y su esposa murieron en el acto. Cuatro familiares más murieron posteriormente. Otras 23 personas resultaron heridas.

Zonas habitadas

La industria de lanzadores se precia de sus buenos sistemas de seguridad. La mayor parte de las bases se encuentran situadas bien al borde del mar o en zonas donde no se puedan producir grandes daños en caso de un fallo del cohete. No es el caso de la de Xichang, controlada por el ejército chino. Según la revista Aviation Week, la trayectoria hacia el sudeste del cohete sobrevuela pueblos y casas aisladas que no son evacuadas rutinariamenie, a pesar de lo que dicen las autoridades chinas. Invitados al último lanzamiento aseguran, según la revista, que vieron luces encendidas en las casas que pasaron de noche en el camino hacia la base.

China entró hace seis anos en el mercado mundial de lanzadores gracias a un acuerdo con Estados Unidos para no desastibilizarlo con precios políticos y tiene siete clientes internacionales esperando lanzamiento. Este acuerdo fue renovado precisamente cinco días después del accidente para otros siete años, durante el que los chinos podrán hacer lanzamientos a órbita geostacionaria hasta el 2001 además de otros a órbita baja.

El accidente ha significado también un golpe para las empresas de telecomunicaciones, como la propietaria del Apstar 2, que se encuentran con poca capacidad de satélite para sus servicios de televisión a toda Asia, un mercado en plena expansión.

El consorcio internacional de aseguradoras espaciales ha temblado con el desastre, que le supone 20.000 millones de pesetas. Aunque hasta el año 2000 habrá una época intensa de lanzamientos, en la que las compañías de seguros esperan recuperarse de éstos y anteriores golpes, es de esperar también que suban los precios de los seguros.

Por ejemplo, el Ariane 5, que entrará en servicio a finales de este año, podrá elevar a órbita una carga doble -unas 6,9 toneladas en órbita geostacionaria- que el modelo anterior, el Ariane 4. Un fallo en el Ariane 5, con la pérdida de dos grandes satélites, haría tambalearse la industria de los seguros.

A finales de enero finalizó la serie de ensayos en la base de lanzamiento de Kourou (Guyana Francesa) del modelo de prueba de la etapa principal del Ariane. 5. El motor Vulcain de 110 toneladas de empuje de esta etapa de 30 metros de alto y 5,4 metros de diámetro proporciona, al quemar en 600 segundos cerca de 160 toneladas de combustible, la parte esencial de la energía necesaria. En el ensayo del 27 de enero, el motor funcionó durante 3 minutos y 43 segundos. Esta etapa, criogénica, es la más delicada del cohete e implicada en los dos últimos fallos del Ariane 4, en enero y diciembre de 1994.