El juez García-Castellón verá la recusación contra Bueren y decidirá si Garzón sigue con el 'caso GAL'
El instructor del caso Banesto, Manuel García-Castellón, el juez que decretó el ingreso en prisión de Mario Conde -actualmente en libertad bajo fianza-, será el encargado de resolver la recusación del ex secretario de Estado Rafael Vera contra el juez Carlos Bueren. La decisión de que sea él quien dicte el veredicto en este contencioso jurídico del caso GAL sembró ayer de rumores la Audiencia Nacional. Falle en un sentido o en otro, García-Castellón tiene en sus manos que el magistrado Baltasar Garzón continúe o no con el caso GAL. Hoy pedirá a Bueren un informe sobre la procedencia de su recusación y en breve se pronunciará sobre el recurso del ex secretario de Vera, Juan de Justo, que sigue en prisión.
Bueren dictó ayer un auto en el que se da por enterado de la recusación formulada por Rafael Vera contra él por motivos de amistad, y contra el juez Baltasar Garzón, instructor del caso GAL, por enemistad manifiesta. En la resolución, Bueren señala que ante la doble recusación, el sustituto previsto según las normas de reparto de la Audiencia Nacional es el juez central 3, por lo que el competente para resolver su recusación es Manuel García-Castellón.Este magistrado, al tener que resolver la recusación contra Bueren, se convierte de hecho en instructor provisional del sumario del caso GAL. Se da la circunstancia de que García-Castellón conoce ya el sumario del secuestro de Segundo Marey porque sustituyó a Baltasar Garzón cuando éste optó por pasarse a la política y se presentó como número dos del PSOE por Madrid en las elecciones de 1993. En el periodo que Garzón permaneció como diputado, García Castellón reactivó el caso Marey al citar a declarar a más de medio centenar de policías destinados en la Jefatura de Bilbao y guardias civiles del puesto fronterizo de Dancharinea.
A la vuelta de Garzón a su juzgado, García Castellón quedó en situación precaria en la Audiencia y más tarde quedó integrado como juez de apoyo para delitos económicos. El caso Banesto le devolvió a la actualidad, pese al férreo establecimiento de un secreto sumarial prolongado aún hasta hoy. Él fue quien decretó el encarcelamiento de Mario Conde y Arturo Romaní, ex presidente y ex consejero delegado de Banesto, respectivamente. García-Castellón y Garzón mantienen relaciones distantes.
En el caso de que Bueren aceptase su recusación, García-Castellón, sin más trámites, pasaría a resolver la recusación de Garzón. Si, en ese caso, decidiese que existe enemistad entre Garzón y Vera, el propio García-Castellón se haría cargo del sumario., Mientras tanto, y para que el proceso principal no sufra demora, García-Castellón resolverá el recurso contra la prisión que el ex secretario de Vera, Juan de Justo, tiene presentado. De Justo fue encarcelado bajo la acusación de malversación de caudales públicos y evasión de capitales, aunque posteriormente el juez agregó a esos delitos los de encubrimiento de detención ilegal, tentativa de asesinato y falsificación. El juez ha anunciado que pedirá un informe al fiscal sobre este asunto, pero el fiscal del caso, Pedro Rubira, ya informó en el sentido de que debía mantenerse la prisión de De Justo.
El catedrático de Derecho Penal Miguel Bajo, que defiende a Juan de Justo, expresó su satisfacción por el hecho de que sea otro juez quien resuelva el recurso, y no Garzón, a quien su cliente había recusado sin éxito.
En el caso de que Bueren informase en contra de su recusación, García-Castellón pediría otro informe al fiscal y tras examinar las pruebas resolvería. Si el fallo fuera que no ha lugar a la recusación de Bueren, éste tendría que decidir sobre la recusación de Vera contra Garzón. En caso contrario, sería García-Castellón el que lo hiciera.
Desde el mismo momento en que el caso GAL recaló ayer en García-Castellón, la Audiencia Nacional fue un hervidero de reuniones y comentarios. Jueces de instrucción y fiscales mantuvieron sucesivas entrevistas entre ellos y con magistrados de la Sala de lo Penal y el presidente de la Audiencia, Clemente Auger. Bueren, ocupado con ' la llegada al puerto de Las Palmas del buque Archangelos con 2.500 kilos de cocaína, abandonó pronto la Audiencia, propiciando nuevas especulaciones. Los comentarios apuntaban tanto a la eventualidad de que Bueren se abstuviese y el caso GAL quedase en manos de García-Castellón, así como que éste lo acabara devolviendo a Garzón.
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