La tregua permite reabrir las carreteras de Sarajevo al tráfico de personas, tras siete meses de cierre
Centenares de civiles utilizaron ayer las carreteras reabiertas de Sarajevo, para visitar a familiares o amigos que, a pesar de estar muy cerca, eran inalcanzables por las restricciones al tránsito impuestas hace siete meses por los sitiadores serbios. El alivio de la incomunicación que padecen los 300.000 vecinos de Sarajevo es fruto de la tregua que rige en Bosnia desde enero. Los ministros de Exteriores de la Unión Europea, reunidos ayer en Bruselas, respaldaron la iniciativa francesa de convocar una nueva conferencia internacional para buscar una solución negociada en los Balcanes.
El alto el fuego, que fue negociado por el ex presidente Jimmy Carter en Navidad, debe prolongarse hasta abril. A pesar de ello, el comandante en jefe del Ejército gubernamental, Rasini Delic, advirtió ayer por radio que sus tropas están preparándose para lo peor: "Si no hay solución en estos meses... el Ejército [bosnio] la hará en los frentes", dijo. En el enclave occidental de Bihac, donde musulmanes rebeldes y serbios de Bosnia y Croacia asedian al ejército de Sarajevo, los combates no se han detenido a pesar del armisticio, si bien es menor su intensidad.[El Consejo de la Unión Europea apoyó ayer la iniciativa de la presidencia francesa para conyocar una reunión entre los presidentes de Croacia, Bosnia y Serbia con el objetivo explícito de que estos países se reconozcan mutuamente. "La UE apoya el proyecto de una reunión entre los presidentes Tudjman (Croacia), Izetbegovic (Bosnia) y milosevic (Serbia). Esta cumbre despejaría el camino para una conferencia internacional para tratar todas las cuestiones relacionadas con el conflicto ex-yugoslavo", destaca una declaración de los Quince, informa Xavier Vidal-Folch.
El ministro de Asuntos Exteriores español, Javier Solana, subrayó ante los periodistas la "gran preocupación" de la UE por el "conjunto de acontecimientos todos ellos explosivos" que se producirán a finales de marzo. En ese momento, comentó Solana, coincidirán el fin del mal tiempo, el fin del alto el fuego, con el posible fin del reconocimiento de las fuerzas de Unprofor y un eventual levantamiento del embargo de EE UU a la venta de armas a Bosnia. Todo ello hace temer a los responsables de Exteriores comunitarios que la guerra pueda extenderse a la Krajina.]
Los mediadores internacionales en el conflicto bosnio, el denominado grupo de contacto, también están de acuerdo con la proposición francesa de una cumbre sobre la antigua Yugoslavia antes de que la primavera lance de nuevo. a los contendientes a la escalada bélica, según una portavoz del Ministerio de Exteriores francés.
Presión de EE UU
Estados Unidos ha intensificado su presión sobre Sarajevo y Zagreb para intentar revivir la moribunda federación de musulmanes y croatas en Bosnia, ideada en Washington hace casi un año. El Departamento de Estado ve la federación como la esclusa más eficaz ante un eventual recrudecimiento de la guerra en los Balcanes.
Al encuentro de Múnich, auspiciado por la Casa Blanca, asistieron el primer ministro bosnio, Haris Silajdzic, y el titular de Exteriores croata, Mate Granic. Los dos dirigentes se comprometieron, en presencia del ministro de Defensa de Estados Unidos, William Perry, y del subsecretario de Estado Richard Holbrooke, a permitir que un mediador internacional, que probablemente designará Washington, arbitre sus diferencias en el futuro.
Otros puntos del plan para devolver el pulso al forzado matrimonio entre Zagreb y Sarajevo prevén la ayuda de expertos constitucionalistas norteamericanos y el desplazamiento a Bosnia de un general estadounidense retirado para asesorar al no nacido Estado Mayor conjunto.
Un portavoz de Naciones Unidas en Sarajevo dijo ayer que alrededor de 850 personas han utilizado en el primer día las dos carreteras, denominadas rutas azules, abiertas en la capital bosnia tras un acuerdo entre los contendientes el domingo por la noche. Los serbios las habían cerrado en julio, después de haber permitido su uso cuatro meses tras el ultimátum de la OTAN que llevó a la ciudad un relativo aire de tranquilidad.
Aunque la circulación sólo es posible algunas horas al día y bajo escolta de los cascos azules, la apertura de rutas tiene un gran impacto psicológico entre los habitantes de la cercada ciudad. Los usuarios serbobosnios, unos 150, pudieron viajar ayer en automóvil media hora entre sus barrios de llidza y Lukavica, algo que les llevaba un día entero hasta el domingo. Para musulmanes y croatas el alivio es mucho mayor -las utilizaron ayer alrededor de 700 personas en coches y autocares-, toda vez que para ellos la única vía para entrar o salir de la ciudad es un claustrofóbico túnel que discurre bajo el aeropuerto.
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