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Un tribunal de Marruecos condena a muerte a tres integristas radicales por el asesinato de dos españoles

Tres militantes integristas fueron condenados ayer a muerte por un tribunal de Fez -a 200 kilómetros al oeste de Rabat- por su participación en una operación que tenía como objetivo desestabilizar el país e implantar un Estado islámico en Marruecos. Estos proyectos desembocaron el pasado 24 de agosto en el ataque al hotel Atlas Asni de Marraquech, en el que murieron asesinados dos turistas españoles. El mismo tribunal impuso tres condenas de cadena perpetua para otros tantos acusados y doce fueron sentenciados a penas de cárcel de entre seis meses y diez años.

La sentencia del tribunal se conoció en Fez cuando faltaban pocos minutos para las cinco de la madrugada. Atrás habían quedado siete horas de deliberaciones y esperas para los abogados defensores, algunos familiares y un reducido grupo de periodistas presentes en el Palacio de Justicia de la capital religiosa de Marruecos.El veredicto fue leído solemnemente por uno de los magitrados primero en lengua arabe, y después el intérprete tradujo al francés. Todo ello se desarrolló en una sala repleta de policías, uno de los cuales se había situado en el centro del pasillo protegido con un chaleco antibalas, vigilando al grupo de los familiares como si temiera una reacción violenta.

En medio de la tensión y el silencio, una mujer empezó a llorar. Vestía una chilaba amarilla y cubría su cabeza con un pañuelo de flores. Quienes estaban junto a ella trataron primero de consolarla, después la cogieron por los brazos hasta 12 puerta de la sala. Los acusados habían escuchado impertérritos la condena dictada por el tribunal.

La sala no tardó mucho en ser desalojada y, mientras los condenados volvían a la cárcel en los furgones policiales, los abogados y los periodistas se reunían en el hotel de una ciudad dormida. Así finalizó ayer el juicio de Fez.

Dos de las penas de muerte han recaído sobre los autores materiales del atentado de Marraquech perpetrado el 24 de agosto pasado: Estefan Ait Idir, de 22 años de edad, franco-marroquí, y Reduan Hamadi, de 26 años, un francés de origen argelino. El tercero de los condenados, Tarek Falá, se encuentra detenido en Alemania a la espera ser extraditado a Francia o a Marruecos. La tercera pena capital ha recaído sobre el franco-argelino Hamel Marzuk, de 28 años de edad, acusado de llevar a cabo o planificar diversas operaciones terroristas, entre ellas el tiroteo en un cementerio judío de Casablanca.

Los tres condenados a la pena capital, así como otros tres sentenciados a cadena perpetua, habían reconocido durante el juicio pertenecer a una red integrista internacional estructurada en Francia y dirigida por un misterioso Abdelilá Ziad, quien se encuentra también- detenido en Alemania. Ziad, alias Rachid, miembro de la desaparecida organización integrista marroquí Juventud Islámica, fue condenado en 1984 en Casablanca por introducir armas desde Argelia. Sólo él tiene las claves de esta organización integrista.

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"Es una sentencia más política que jurídica", aseguró ayer por la madrugada el letrado y militante de la Asociación Marroquí de los Derechos del Hombre Abdesalam Chauch, defensor de, dos de los condenados a muerte. Chaub anunció que presentará un recurso de casación ante el Tribunal Supremo de Rabat.

Los condenados tienen la intención de solicitar la gracia del soberano marroquí, Hassan II, para que impida que se ejecute la pena capital. Horas antes, durante el proceso, algunos de los acusados habían ya reclamado la intervención real tras confesar su error y reconocer al monarca alauita como su jefe espiritual. "¡Viva Su Majestad el Rey!", había gritado incluso desde el banco de los acusados Naima, la única mujer procesada, novia de Hamel Marzuk, ahora condenado a muerte.

El fiscal del juicio había solicitado seis penas capitales, lo que no impide que en medios judiciales consideren que la sentencia ha sido "severa". En esos medios se espera que el rey de Marruecos conmute las penas de muerte decretadas.

[Ludario Ocaña, portavoz de la familia de Antonia Cuevas -muerta en el atentado- y Doris Ocaña -que resultó gravemente herida-, afirmó ayer a la agencia Efe en Estepona (Málaga) que los familiares están conmovidos por la sentencia de Fez, y que creían que los condenados lo pasarían peor en la cárcel que muertos].

El juicio de Fez ha servido para muy poco. La red integrista internacional continúa siendo un misterio. El resto de la organización y de los implicados se encuentran encausados en Francia, sometidos a unas largas y complicadas diligencias que instruye el magistrado Jean-Luis Bruguière, especialista en delitos terroristas y en organizaciones armadas.

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