Las obras del nuevo barrio para chabolistas de La Celsa se reanudan tras dos años de parón
Después de una visita de los Reyes y de un tirón de orejas por parte del Defensor del Pueblo, el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid han llegado a un acuerdo para concluir las obras del nuevo barrio de La Celsa (Vallecas), paradas desde el otoño de 1992. Ayer, después de dos años, volvieron a entrar las máquinas en estas 96 casas bajas, con forma de búnkers, destinadas a los chabolistas de este poblado, situado junto a Mercamadrid.
El realojamiento está previsto para dentro de cinco meses. El nuevo barrio llevaba parado desde que en el otoño de 1992 la constructora, Grecsa, presentó suspensión de pagos.Ayer, el gerente del Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima), Miguel Palmero, y el de la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV), Joaquín Gómez, pisaron el poblado para divulgar, con luz y taquígrafos, que el acuerdo se ha logrado y que las obras se retoman.
Detrás quedan dos años largos de paralización y una obra inicialmente presupuestada en 660 millones de pesetas que acabará costando a las arcas públicas más de 850. Desde ayer, será el Ivima quien finalice la construcción, hasta ahora dependiente de la EMV.
Hasta la fecha, la EMV ha gastado más de, 500 millones de pesetas en los trabajos, la vigilancia del tajo parado y los litigios con la constructora que suspendió pagos. A ellos hay que sumar los más de 350 que va a necesitar ahora el Ivima para arreglar los desperfectos, concluir los trabajos e iniciar las obras de un centro social.
Una vez que los responsables del Ivima y de la EMV abandonaron el poblado llegó a él el gerente del Consorcio para el Realojamiento de la Población Marginada, Julio Fernández Mato.
Fernández Mato no fue convocado a la inauguración oficial de las obras por las mismas instituciones que hace dos años lo nombraron para su puesto. Calificó de penoso haber tenido que recurrir a la visita de los Reyes y al Defensor del Pueblo para que los trabajos se retomen en las casetas.
1.800 chabolistas
Según Fernández Mato, en la ciudad viven unas 1.800 familias chabolistas: 975 denominadas legales, porque están incluidas en el censo elaborado por el Consorcio en 1986, y otras 903 ilegales, porque construyeron su chamizo después. Para los primeros existe un compromiso de realojamiento en vivienda pública siempre que no posean bienes.
Respecto a los no censados, el gerente del Consorcio afirmó que "se pueden buscar soluciones para los casos de necesidad con alquileres avalados, albergues y pisos sociales". Cifró en 4.000 millones de pesetas la cantidad necesaria para acabar con todas las favelas, las legales y las ilegales.
Las dos instituciones han alcanzado este consenso sobre La Celsa haciendo tabla rasa del convenio firmado en 1990 para sustentar el Consorcio.
Según aquel acuerdo, a la Comunidad le correspondía financiar las obras de construcción de las viviendas y al Ayuntamiento construirlas, poner el suelo y devolver el dinero de la financiación. También establecía la cesión de unos suelos municipales en la Cuña Latina (Latina) y en La Abuvilla (San Blas) y la construcción de unos 300 pisos para chabolistas.
Ahora, el nuevo convenio (pactado, pero no rubricado) se reduce a que el Ayuntamiento y la Comunidad aporten cada uno 405 pisos para realojar a chabolistas censados.
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