Cavaco se va
LA DECISIÓN de Aníbal Cavaco Silva de abandonar la presidencia del Partido Socialdemócrata en víspera del congreso de dicho partido supone que no se presentará en las próximas elecciones, previstas en principio para octubre, como candidato a encabezar una vez más el Gobierno de Portugal. Todo indica que los 10 años de estabilidad política que Cavaco ha representado tocan a su fin. Ha sido una década en la que Portugal se ha transformado profundamente, acercándose al tipo de sociedad predominante en Europa occidental, después de años de convulsiones que siguieron. a la revolución de los claveles. Han sido sobre todo los éxitos de la política económica de Cavaco los que le han asegurado un apoyo sostenido del electorado. Ganó por mayoría absoluta (con un sistema proporcional poco propicio para tal resultado) en 1986, y repitió ese triunfo en 1990.Cavaco deja la economía portuguesa en un estado muy favorable. No obstante, ha estado sometido el último año a una constante guerrilla de intrigas políticas y conflictos con el presidente de la República, Mario Soares. Y en los últimos días el descubrimiento de un caso, grave de irregularidades en el Ministerio de Defensa ha dañado indiscutiblemente su prestigio, hasta el punto de que los sondeos colocan a su partido en segundo lugar. Cavaco no ha sido nunca un hombre de compromisos, ha gobernado con mayorías absolutas que le permitían compaginar sin conflicto su carácter autoritario con su fidelidad a los principios democráticos. Es probable que la previsión de que no podrá seguir actuando del mismo modo le haya llevado a perder interés en continuar en este cargo.
La fecha de las elecciones generales se convierte ahora en objeto de especulación: el presidente de la República tiene todas las posibilidades de disolver el Congreso y convocar elecciones. Para ello ha consultado ya a los partidos, que le han dado la venia que necesita.
Pero no hay todavía una explicación definitiva sobre las razones últimas de la decisión de abandonar el poder por parte de un político relativamente joven -55 años- y con un balance muy positivo, incluso en la escena europea, donde se ha ganado un prestigio indiscutible. No es absurdo pensar que, al examinar sus perspectivas de futuro, haya pensado en luchar por la Presidencia de la República, para completar así su carrera política.
Las elecciones presidenciales de Portugal están fijadas para el próximo mes de enero. Tiene por delante un año para ir calentando su candidatura. En los sondeos que se han hecho para evaluar las posibilidades de diversos hombres públicos, Cavaco parte en primera posición. Es cierto que no tiene un partido con una fuerte articulación capaz de apoyar una campaña presidencial, pero tiene algo mucho más importante: el balance de una etapa llena de éxitos al frente del Gobierno portugués.
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