Stalin fue peor que Hitler
Una de las partes más dramáticas de la última obra de Kapuscinski es la dedicada a las matanzas estalinistas, al exterminio de los ucranios por hambre, cuando murieron más de 10 millones por no someterse a la socialización de la tierra impuesta por el dictador. Para Kapuscinski no cabe la menor duda de que Stalin fue mucho peor que el dictador nazi Adolf Hitler: "Si podemos establecer la comparación, el poder destructor de Stalin fue mucho mayor. La destrucción realizada por Hitler no duró más de seis años, y Stalin empezó su terror en los años veinte y llegó hasta 1953. Su poder se mantuvo 30 años y la maquinaria de terror se prolongó mucho más. No es que Hitler fuese mejor, pero no tuvo tanto tiempo. La otra diferencia es que la máquina de terror de Hitler no fue dirigida en primera línea contra su propia nación, sino contra otros pueblos. En cambio, Stalin dirigió una máquina de terror contra su nación. Las víctimas más numerosas del terror de Stalin fueron los rusos. Los nacionalistas rusos sostienen ahora la teoría de que el régimen de Stalin no fue ruso, sino antirruso, porque ellos fueron las mayores víctimas. La condena al hambre a Ucrania fue el holocausto más grande, no sólo del siglo XX, sino de toda la historia de la humanidad. Nunca en el pasado se había dado una matanza de 10 o 12 millones de seres humanos".Como intelectual polaco, un país del Este que sufrió divisiones y abandonos, Kapuscinski considera que "Occidente nunca se ha interesado por las cosas que no afectaban a sus intereses. La matanza de Ucrania no fue la única. Ocurrieron con el beneplácito de todos y de Estados Unidos. Para Occidente, el único criterio es que la persona que gobierne en el Kremlin garantice la estabilidad. Lo que pasa dentro no interesa, ni matanzas, ni nada. Ahora apoyan a Yeltsin, y lo mismo ocurrió Con Stalin".
A la afirmación de que ahora Polonia y los otros países del Este ya pueden sentirse tranquilos, replica rápido Kapuscinski: "No sabemos, porque Rusia nunca renunció a su ideología de la expansión. El comisionado de los derechos humanos de Rusia, Korlov, que acaba de venir de Chechenia, dijo en Moscú que hoy día es Chechenia, mañana podría ser Bielorrusia, y pasado mañana, Varsovia. Lo que paraliza esas tendencias expansionistas rusas no es su nueva ideología, porque no la hay, sino la debilidad económica y militar. Los políticos rusos dicen que no puede haber expansión porque tienen problemas, corrupción, mafias. Nunca dicen que son un Estado democrático sin ambiciones imperiales. Occidente nunca luchó por nuestra causa y siempre estuvimos muy aislados".
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