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González dice que sabe, pero no dirá, por qué se reabrió el "caso GAL"

Anabel Díez

El presidente del Gobierno, Felipe González, lamenta que en España "valga todo y quepa todo" en la lucha política, relacionando la batalla entre partidos con la reapertura del caso GAL. González, en tono misterioso, aseguró que tiene la respuesta del porqué se ha reabierto "10 años después, cuando ya ha desaparecido", pero que no la quiere dar para que nadie interprete que interfiere en el funcionamiento de la justicia. "Cuando se llegue hasta el final, veremos qué pasa".

Estas manifestaciones las realizó González ante un grupo de futuros dirigentes de su. partido que asisten a la escuela de formación de cuadros del PSOE, en Galapagar, dirigidos por el secretario de formación de este partido, Ludolfo Paramio.Durante 30 minutos y a través de un monitor de televisión, los medios de comunicación pudieron escuchar el diálogo entre Felipe González, y los 19 militantes jóvenes del partido, que asisten a esta escuela de formación. Pasado ese tiempo, los monitores se apagaron y González siguió el debate con ellos, en la intimidad, durante una hora más.

"¿Qué coño está pasando con esto del GAL?", le inquirió uno de los cursillistas. "Se ha abierto un procedimiento judicial que además tiene causa en otro que se abrió hace muchos años y que se ha reabierto para hacer una investigación en la que como presidente del Gobierno, yo tengo que ser primero respetuoso, y después cooperador en el esclarecimiento de los hechos". González hizo esta aproximación al tema de manera didáctica.

"Ha habido un fenómeno en la transición democrática de violencia terrorista, con algún brote de violencia antiterrorista que ha producido también secuelas, incluso de asesinatos", siguió González. "Quieren responsabilizar al Gobierno 10 años después; y cometen un error porque el Gobierno no tiene ninguna responsabilidad, pero dentro de la lucha política, por lo menos, en nuestro país, da la impresión de que cabe todo y vale todo".

Pero el mensaje que González quería transmitir ayer tenía relación con la denuncia que ha salido en las últimas horas de todos los ámbitos del PSOE de que existe una conspiración, conjura, operación "de acoso y derribo -según dijo anteayer el presidente del Grupo Socialista, Joaquín Almunia-" y que entroncan igualmente con las declaraciones de Julián Sancristóbal, inculpado en el sumario abierto por el secuestro de Marey.

El secretario general del PSOE puso interrogantes a todo ello y se basó en una pregunta que le había hecho el día anterior un periodista extranjero: "¿Cómo es posible que 10 años después se haga estallar este asunto, cuando incluso ya ha desaparecido?". Y se respondió así. "Tengo. respuesta, pero no quiero darla para que nadie interprete que quiero interferir en el funcionamiento de la justicia, lo que quiero es que se aclare todo seriamente, rigurosamente, dentro de lo que es el funcionamiento del Estado de derecho; que se aclare definitivamente para que podamos estar tranquilos".

Debate parlamentario

Por la tarde, en la recepción que el Rey ofreció al cuerpo diplomático, un González aparentemente distendido saludó y bromeé,,, con la prensa. Por cortesía con el monarca, rehusó hacer comentarios políticos aunque aseguró que no tenía previsto adelantar el debate parlamentario ' sobre el Estado de la nación. Vaticinó además que, cuando llegue la presidencia española de la Unión Europea, en julio, la situación política se habrá normalizado. Dio a entender, por úItimo, que el número dos del PSOE, Alfonso Guerra, iba a ser entrevistado demasiado tarde (a las 0h.30 del viernes) como para que viese el programa.

El vicepresidente Narcís Serra apuntaba ayer, en unas declaraciones a Onda Cero, que no tiene, conocimiento de una operación para derribar a González, como la denunciada por San Cristóbal, pero que hay actuaciones dirigidas a forzar su dimisión.

Absoluta libertad

Ni siquiera Ludolfo Paramio, responsable del curso, estuvo en el coloquio entre Felipe González y los cursillistas para que éstos se mostraran con absoluta libertad, sobre todo, cuando se apagó el monitor y ya sabían que dejaban de mirarles decenas de periodistas. Estos 19 militantes se preocuparon, sobre todo, de la marcha de la construcción europea en un sentido solidario; su preocupación porque el PSOE no estuviera armado de un soporte ideológico; sobre el papel de las organizaciones no gubernamentales y en torno a la compatibilidad entre "proyecto socialista y mercado".González les aseguró que prefería hablar más de ideas que de ideología y que sería maniqueo separar gestión de ideas e ideales. A su juicio, los socialistas cumplen su obligación cuando defienden la igualdad "que significa igualdad de oportunidades para el socialismo democrático" y que se traduce en la sanidad y en la educación y son fieles a sus principios al predicar la solidaridad y plasmarla, por ejemplo, en la cobertura de las pensiones.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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