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La defensa desea convertir en proceso político el juicio por el atentado de Marraquech

Fez, la capital religiosa de Marruecos, debe convertirse en la, sede del primer proceso contra el. integrismo armado internacional. Este es el principal objetivó de la mayor parte de los abogados que se reunieron ayer ante el, tribunal de la ciudad para defender a un grupo de 18 militantes islamistas, supuestamente implicados y vinculados a una serie de! atentados perpetrados el pasado ano en Marruecos y que culminaron con el ataque al hotel Atlas Asni, de Marraquech, en el que murieron tiroteados dos turistas españoles en la mañana del 24 de agosto.Para que Fez se convierta en sede del primer proceso contra el integrismo internacional, el equipo de los abogados asegura que es imprescindible reunir ante el tribunal a todos los implicados en la organización armada y especialmente a los vinculados con el atentado de Marraquech, entre los que se encuentran Abdelilá Ziad y Tarik Falá, detenidos recientemente en Alemania y sobre los que gravita una orden de extradición reclamada por las autoridades de Rabat.

"Hasta que estos dos detenidos no se encuentren en Marruecos o hayan prestado declaración ante los jueces, no puede iniciarse con garantías suficientes el juicio de Fez contra el resto de los acusados", aseguraban ayer los abogados defensores, mientras esperaban la respuesta de los magistrados a su petición de un nuevo aplazamiento, como el del 10 de enero.

La presencia o las declaraciones de estos dos acusados condicionan el proceso de Fez, insistían ayer los letrados, ya que, según ellos, el primero de los ausentes, Abdelilá Ziad, es presuntamente el responsable de la organización integrista, el cerebro de las operaciones armadas en Marruecos, mientras que el segundo ausente, Tarik Falá, sería el autor material de los disparos que costaron la vida de los dos españoles en Marraquech.

Mientras los abogados defensores se mezclaban inquietos en el vestíbulo del palacio de justicia con los policías de paisano, testigos, familiares de los acusados y periodistas, permanecía sentado en el interior de la sala el grupo de los 18 acusados, siete de ellos supuestos miembros de los tres comandos que actuaron en Marruecos, y el resto, cómplices. Todos ellos permanecían en silencio, inaccesibles, custodiados por una barrera infranqueable de gendarmes, abogados y funcionarios.

La respuesta del tribunal llegó al mediodía, poco antes del almuerzo, y consistió en ordenar la apertura de la sesión plenaria del juicio y el interrogatorio de los acusados. A continuación se levantó la sesión, con un descanso que fue aprovechado para que los defensores planearan una nueva estrategia con la que bloquear el proceso y hacer avanzar la instrucción del sumario y, sobre todo, dar tiempo al aparato judicial para hacer llegar a los dos ausentes hasta el tribunal de Fez, para sentarlos en el banquillo junto con el resto de los procesados.

El juicio de Fez servirá sólo para desvelar una parte de la supuesta red integrista internacional. El resto de la organización y de los implicados se encuentran encausados en Francia, en unas largas y complicadas diligencias que instruye el magistrado Jean Luis Bruguière, especialista en terrorismo y organizaciones armadas. Sólo en el sumario de París se encuentran ya implicadas unas 60 personas, todas ellas supuestos militantes islamistas.

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