"Garzón participó en una conspiración para reabrir el GAL y derribar a González"
CARLOS YÁRNOZ Julián Sancristóbal, 42 años, cumple hoy mismo un mes en la prisión de Alcalá-Meco. El que fuera gobernador civil de Vizcaya y director de la Seguridad del Estado achaca su situación a una, "conspiración política para derribar a González", en la que participa el juez que lo ha encarcelado, Baltasar Garzón, qué estaría manejando a los expolicías Amedo. y Domínguez como "rehenes". Desenmascarar al promotor de la conspiración, "el señor Z", como le llama Sancristóbal, es el objetivo primordial del preso. Vestido con traje azul, chaleco granate, camisa a rayas y corbata -"me han dejado vestirme así para la entrevista"-, respondió ayer durante dos horas a las preguntas de este periódico. Aparentemente tranquilo, Sancristóbal mide sus palabras y sólo pierde levemente la compostura cuando habla del juez. Como frase final, una posible advertencia sobre el silencio que guarda en algunos temas: "No soy un héroe".
Pregunta. ¿Considera a alguien responsable de su encarcelamiento?
Respuesta. A Amedo y Domínguez, que han hecho unas falsas imputaciones contra mí, y al juez Garzón, que, con un repertorio acusatorio absolutamente escaso, me ha enviado a la cárcel sin fianza.
P. ¿Por qué iban a actuar esas personas contra usted?
R. La cárcel sufrida por Amedo y Domínguez ha quebrado su capacidad de resistencia y su personalidad. El mero hecho de ser citados en otro sumario ha hecho que falsearan una historia que cuadra perfectamente con la personalidad de Amedo, para quien el mundo se mueve en claves conspirativas y él es el centro.
P. Pero han hablado cuando ya no están en prisión.
R. Garzón los tiene como rehenes, amenazándoles con una vuelta a la cárcel. Por eso, Amedo y Domínguez fabulan esa historia. Un dato: en la entrevista que yo tuve en noviembre pasado con Amedo me insistió con rotundidad: "Yo no estoy dispuesto a volver a la cárcel por nada".
P. Pero debe haber otras razones por las que están hablando.
R. Según testimonios de personas que conozco, en verano del año pasado varias personas, en unión de Garzón, decidieron que políticamente había que reabrir el sumario del secuestro de Segundo Marey: fue una conspiración que vulnera la independencia del juez. En connivencia con otros, decidieron reabrir ese sumario y, en una acción posterior, optaron por ejercer diversos tipos de presión sobre Amedo y Domínguez para moverla situación política y, finalmente, derribar a Felipe González.
P. ¿Cuándo supo usted eso?
R. Lo supe antes de mi detención. Y lo supe a través de una persona que ahora espero que tenga el valor de prestar declaración ante la justicia. Intento que se avenga a ello.
P. ¿Y quién promovió o participó en semejante conspiración?
R. Tengo confianza en la justicia y espero que algún juez idependiente diga quién es el señor Z [el promotor], el que está detrás de la conspiración. Ya adelanto que, con la información de que dispongo, tengo que descartar que haya fuerzas políticas detrás.
P. ¿Algún periodista, entonces?
R. Lo avanzaré cuando se produzca ese testimonio ante el juez.
P. ¿Cómo pretende reaccionar frente a lo que le ocurre?
R. Estudio las imputaciones que se me hacen, repaso qué estaba haciendo yo cuando se produjo el secuestro de Marey y, además, busco datos para poder denunciar en su momento a quien corresponda.
P. ¿Utilizó fondos reservados para fines ilegales?
R. Imposible, porque en aquella época, y cómo gobernador civil, no disponía de fondos reservados.
P. Le acusan también de detención ilegal.
R. No he participado en ninguna detención ilegal. Lo de Marey lo seguí por las noticias de los periódicos y recuerdo que siempre se consideró un problema francés.
P. También le acusan de tentativa de asesinato.
R. Es rizar el absurdo. ¿Qué tentativa puede haber sobre una persona secuestrada, que no puede defenderse? ¿Qué es eso de la tentativa? ¿Que se pensó hacer algo?.
P. Algún grafólogo asegura que usted escribió a mano las palabras "los implicados" en un comunicado de los GAL.
R. Lo niego absolutamente. Es el propio Amedo, y nadie más, el que dice que era un comunicado de los GAL. Esas dos palabras no corresponden a mi letra. Los peritajes, de los que he tenido conocimiento por la prensa porque el, secreto sumarial se vulnera, con fines no confesables, son temerarios. Pediremos otros peritajes, incluso de los mejores expertos del mundo, para demostrar que no es mi letra.
P. ¿Usted ordenó en algún momento investigar a los GAL?
R. Más que investigaciones, ordenamos informaciones, sobre todo de Francia. Pero lo que si hubo fue una instrucción, realizada también por el juez Garzón, y una posterior sentencia del Tribunal Supremo en la que, por cierto, se explica que los GAL ni siquiera eran una banda armada y que nada tenían que ver con el Gobierno o con la, Administración del Estado.
P. ¿Es usted también de los que creen que hubo varios GAL?
R. Creo recordar que entonces daba la impresión de que podía haber varios grupos.
P. Casi todos los ahora detenidos estaban bajo sus órdenes en Vizcaya cuando usted era gobernador civil. ¿Sospechó que alguno de ellos podía estar mplicado en los GAL?
R. No. Estoy convencido de su inocencia. Tanto Francisco Álvarez [entonces jefe del mando antiterrorista] como Miguel Planchuelo [entonces jefe superior de Bilbao] eran hombres de mi confianza y con ellos tenía un trato bastante habitual.
P. ¿También cree en, la inocencia de Amedo y Domínguez, igualmente destinados entonces en Bilbao?
R. Tras escuchar su fabulación, son ellos mismos los que se autoinculpan. En lo demás, ni creo ni dejo de creer. Sí es chocante que quienes se declaran culpables estén en libertad y quienes negamos las imputaciones estemos en la cárcel pese a los datos o pruebas irrelevantes en nuestra contra. Sobre esos datos se fabrican luego unas columnas de humo, como la de las cuentas en Suiza y con todo ello se teje una telaraña de culpabilidad.
P. ¿Pero tiene usted cuentas en Suiza?
R. Lo he negado y lo sigo negando.
P. Se ha publicado que tiene un patrimonio de 9.700 millones.
R. Es falso. Pero no entraré a hablar de mi patrimonio porque, desde que dejé el ministerio en 1986, me he dedicado a mi actividad profesional, que nada ha tenido que ver con mi pasado político. Se han mezclado arteramente casos y cosas que nada tienen que ver entre sí.
P. ¿Qué ayudas oficiales recibió en 1987 para acceder a la propiedad de la empresa Marconi?
R. Era una empresa privada, sin nada que ver con el Gobierno. Por su situación, estaba sujeta a los decretos de regulación de sectores industriales y a ellos se acogió. Pero es que las ayudas oficiales que se aportaron, siempre en ese contexto, se ingresaron en un fondo especial creado para hacer frente a las deudas las cargas sociales... Ni una sola peseta se ingresó en la cuenta de Marconi ni en la de Julián Sancristóbal.
P. ¿Recibió alguna indemnización al dejar el Ministerio del Interior?
R. Nada en absoluto.
P. Volvamos a los GAL. ¿Por qué tenía Ricardo Damborenea tanta relación con la policía en el País Vasco?
R. Ha sido una sorpresa que Amedo lo citara, porque en aquella época [1983], Damborenea era secretario general de los socialistas de Vizcaya y fue notable su beligerancia frente a ETA. Su relación con los policías se producía sobre todo en los funerales por las víctimas de ETA.
P. ¿Cómo valora hoy la existencia de los GAL?
R. En un momento político como el actual es muy difícil hacer una reconstrucción veraz de lo que fue la lucha contra ETA. No es un buen momento para hacer un análisis de los errores o aciertos. Habrá que esperar aún varios años.
P. ¿Hubo voces críticas en Interior contra los GAL?
R. No recuerdo nada en particular. Pero sí creo que ha habido tres fases en la lucha contra ETA. La primera, hasta la llegada del PSOE al poder, estuvo marcada por la capacidad de ETA para influir en los acontecimientos políticos. La segunda, en la que yo intervine, se centró en debilitar policialmente a ETA para hacer disminuir esa influencia, y en ello desempeñó un papel importante la cooperación de Francia. En un momento de esa fase coincidió temporalmente el fenómeno de los GAL, y, en la medida en que ese fenómeno creó problemas a ETA y a la propia Francia, hizo objetivamente que el Gobierno francés estrechara más la colaboración con España para poner fin a ambos terrorismos. En la tercera fase entraron en escena los pactos de los partidos políticos para acordar medidas conjuntas contra ETA.
P. Es usted uno de los pocos ex altos cargos de Interior que ha mantenido relaciones con personas investigadas en el caso GAL, como Francisco Álvarez o Francisco Paesa.
R. Con Álvarez tengo una relación de amistad que hoy sigue intacta. En los otros casos, sí he mantenido relaciones porque, por ejemplo, siempre pensé que era una injusticia que Amedo estuviera en la cárcel, y por ese motivo hablé en numerosas ocasiones con su mujer.
P. ¿Alguno de ellos le pidió alguna vez dinero o lo usó de intermediario para exigirlo a Interior?
R. No, ni Amedo ni Domínguez me pidieron nada de eso.
P. Pero sí le gestionó a Amedo un encuentro con el fiscal general del Estado en 1993.
R. Me pidió esa gestión tras informarme que había pedido el indulto. La hice y, por sugerencia de él mismo, le acompañé en la entrevista con Eligio Hernández, a la que asistí como invitado de piedra. Pero digo y afirmo que es rotundamente falso, en contra de lo declarado por Amedo, que el fiscal mencionara en ningún momento a Felipe González.
P. Usted califica de fábula el relato de Amedo y Domínguez, pero aportan datos concretos, como los pisos que usaban los GAL en Bilbao siendo usted gobernador civil.
R. La policía siempre ha dispuesto de pisos para usarlos en su labor profesional y quiero pensar, que han debido identificar alguno de ésos, en los que, dicho sea de paso, nunca estuve.
P. Amedo asegura que usted, en su presencia, informó al ministro José Barrionuevo de la puesta en libertad de Marey.
R. Nunca hablé con Barrionuevo en presencia de Amedo. Es más, añado que estoy prácticamente seguro -me resulta difícil reconstruir algo de hace 11 años- de que en aquellas fechas yo no estaba en Bilbao, sino en una reunión con algún gobernador civil en otra parte de España. Pero, además, Amedo llega a decir que yo llamé al puesto de Dancharinea para que le permitieran pasar la frontera con un coche. ¿En qué mente cabe eso? ¿Voy a llamar yo a un cabo -que inmediatamente llamaría a su sargento, éste al teniente, éste al...- para decirle semejante cosa? Es absurdo.
P. ¿Se siente ahora traicionado por Amedo si, como usted dice, le ha estado ayudando?
R. Siento que ha cometido una infamia, probablemente por miedo a sentirse involucrado en otro sumario. Pero, como creo que hay una conspiración, era inevitable que, como gobernador civil de Vizcaya, me viera metido en, esta historia.
P. ¿Le amenazó Amedo en algún momento con acudir a la justicia y contar lo que sabía?
R. A mí río. Pero contaré una cosa. En noviembre pasado acudí a una cita con él y me encontré a un Amedo raro, diferente... Me hacía preguntas con la intención de que que yo diera unas respuestas determinadas...Me decía cosas como: "Es el fin del régimen. Todo está podrido. Se va a saber todo. ¿No pero tampoco vas a hacer nada? Porque esto se nos viene encima. Si te ves implicado, ¿te vas a marchar de España? Podemos ir todos a la cárcel". Me preguntaba cosas del informe Kroll [presuntamente encargado por Roldán para investigar a Mario Conde], sobre mis relaciones con Roldán... Aquello me sorprendió mucho. Pero luego me sor prendí más cuando, después de detenerme y durante el careo con Amedo, éste explicó con pelos y señales que había acudido a mi cita con un magnetófono para grabar la conversación, pero que yo llevaba un maletín con algún sistema para impedir la graba ción y que en la cinta no no que dó registrado nada. Y me pregunto: ¿No sería más bien que el señor Z le envió para sonsacarme y, como todo fue infructuoso, tuvo que inventarse lo de mi maletín? Hay más datos: en junio estuvo sobrevolando mi casa un helicóptero haciendo fotos. ¿No sería una parte más de la conspiración para, si no encuentran pruebas contra mí, sacar que yo tengo un patrimonio exagerado, con una casa fabulosa...?
P. ¿Pero quién es el señor Z?
R. Si consigo contar con el testimonio de la persona que me contó cómo se gestó la apertura del sumario de Marey, entonces lo sabréis.
P. ¿Cree que Amedo y Domínguez han recibido dinero por hablar?
R. No puedo saberlo.
P. ¿Sabía que Interior había entregado a Amedo, y Domínguez 100 millones a cada uno en cuentas en Suiza o que cobraban 500.000 pesetas mensuales hasta hace poco?
R. No lo he sabido nunca.
P. Usted está en la misma prisión que Mario Conde. Ha habido especulaciones sobre una presunta intervención de Conde para reabrir este caso.
R. No lo creo. ¿Qué iba a ganar? Le habrían imputado a él los mismos delitos que le imputaron y también estaría, como está, en prisión.
P. ¿Han hablado alguna vez de esto?
R. Bueno.... nos vemos continuamente, tenemos una relación cordial, pero habitualmente hablamos de temas intrascendentes.
P. Hace unos meses, distintas informaciones oficiosas le implicaron en el caso Roldán y usted dijo sentirse hostigado.
R. Me sentí así.
P. ¿Tenía una buena relación con Roldán,
R. Sí.
P. ¿Alguna relación comercial?
R. Ninguna.
P. ¿No participó usted, de una u otra forma, en el informe Kroll?
R. Prefiero no responder.
P. Pero se ha publicado que usted aconsejó hacer ese informe con la agencia Kroll.
R. Se me pidió Consejo sobre la agencia que debía hacerlo y lo di, pero no quiero hablar del tema.
P. También se ha dicho que usted ha participado en negocios de ventas de armas, en alguno de ellos con Roldán.
R. Lo niego totalmente. No he hecho nunca nada que, tenga que ver con el comercio de armas.
P. ¿Qué estrategia o qué actitud piensa mantener en este caso?
R. En primer lugar, intento reunir, pruebas y datos para demostrar mi absoluta inocencia. En segundo lugar, aportaré también datos para denunciar la sistemática violación del secreto sumarial, con grave prejuicio para mi derecho a la defensa. Y, por último, revelaré todos los datos a mi alcance para demostrar que la apertura del sumario tiene orígenes extrajudiciales, conspirativos.
P. Siendo así, ¿qué opinión le merece la forma en que se está instruyendo el sumario?
R. La instrucción es inquisitorial. Con muy escasos datos se me ha encarcelado y me han bloqueado todos mis bienes.
P. ¿Pero le coaccionó el juez Garzón durante el interrogatorio?
R. No. Fue un interrogatorio correcto. Pero, eso sí, entre el interrogatorio y el careo, en un pequeño receso, se me acercó el abogado de Amedo y Domínguez [el letrado Jorge Manrique] y me dijo: "El caso Marey está prescrito; Garzón y yo lo sabemos de sobra, pero si tú colaboras" -y decía eso haciendo con la mano un gesto hacia arriba, como diciendo, si hablas de tus superiores-, "entonces todo saldrá bien". Pero hay otras cosas: se me mantiene en la cárcel porque se dice que mi libertad crearía alarma social. ¿Produzco yo alarma social? ¿O la produce Garzón con sus sistemáticas filtraciones del sumario?
P. Qué responsabilidad está dispuesto a asumir en este caso?
R. ¿Responsabilidad? Pero si todo lo que hay contra mí es un testimonio y un peritaje caligráfico.
P. De haber sabido las consecuencias que le esperaban, ¿hubiera huido antes?
R. No.
P. ¿Se creyó en algún momento intocable por los secretos de Estado que usted puede conocer?
R. Nunca. Pero es que tampoco me creo tan importante. Además, ahora parece haber caído ese principio elemental de que no debe hablarse de lo que uno ha podido conocer por el cargo oficial que ha ocupado.
P. Usted mantiene que se le ha enviado a la cárcel con muy pocos datos detrás.
R. Intentan quebrarme, que me quiebre.
P. ¿Cree que quebrará?
R. Creo que no. Pero tampoco soy un héroe.
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