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CiU apoya, pero no quiere 'escenas'

La cuestión de confianza sólo es necesaria cuando hay dudas sobre el respaldo parlamentario con que cuenta el presidente del Gobierno. Los nacionalistas catalanes no tienen, de momento, duda alguna sobre la continuidad de su apoyo a Felipe González. Por tanto, no es necesario que González pida al Parlamento que reafirme su confianza en él.En este razonamiento sustenta Convergència i Unió (CiU) su reiterado rechazo a la posibilidad de que el presidente del Gobierno plantee una cuestión de confianza al Congreso de los Diputados.

El líder de la coalición nacionalista catalana, Jordi Pujol, ha desaconsejado, por activa y por pasiva a González que eche mano de la cuestión de confianza para tratar de reconducir la tempestuosa crisis política que sacude al país. A cambio, le ha garantizado el apoyo firme de los diputados al Ejecutivo, al menos mientras éste no se demuestre incapaz de enganchar al país al carro de la recuperación de la economía.

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Los escarmentados por el coste político derivado de su respaldo a González (acusaciones de mercantilismo político, potenciación de los tópicos que siembran desconfianza hacia lo catalán...), no están dispuestos a hacer más evidente lo que ya está claro y es indiscutible, en palabras de un dirigente de Convergència.

Aunque las encuestas que maneja CiU señalan que la credibilidad política de Pujol y de la opción naciolista entre el electorado catalán es hoy más fuerte incluso que antes del apoyo prestado al Gobierno del PSOE, a los convergentes no se les escapa que un eventual derrumbe final de los socialistas podría, acarrearles un desgaste político y electoral considerable. Por eso consideran que retratarse en un debate parlamentario sobre una cuestión de confianza no les reportaría más que eventuales perjuicios.

Después de haber reiterado hasta la saciedad que CiU continuará apoyando al Gobierno, la coalición que dirige Pujol considera que si González se sometiese a la confianza del Congreso demostraría que se encuentra en una situación de debilidad inadmisible e impropia.

Si, como piensa Jordi Pujol, Felipe González presentase una cuestión de confianza que los catalanes consideran innecesaria, revelaría que el presidente persigue, con tal acción algún objetivo ajeno a la reválida propiamente dicha del respaldo parlamentario. González, en opinión de los nacionalistas, estaría buscando un gesto, una escenificación del apoyo nacionalista. Y ahí sí que dudaría CiU.

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