La inflación es cara

EN MEDIO de rumores políticos de todo signo, el día de ayer tuvo un contenido especialmente económico. Con la peseta, la deuda y la Bolsa inestables tras una semana de: peligroso debilitamiento, ayer se conoció la inflación correspondiente a 1994. El 4,3% con que se cerró el ejercicio, aunque ya descontado por el Gobierno, deja un sabor agridulce. Son seis décimas menos que el IPC del año anterior (4,9%), pero son ocho décimas más que la previsión inicial (3,5%).Tampoco es una buena noticia que la inflación subyacente (sin energía ni alimentos no elaborados) siga estando por encima (4,5%) de la general, tras haber estado por debajo durante algunos meses del año.Hace 25 años que España no tenía una. inflación tan baja, pero el horno no está para efemérides, sobre todo si se tiene en cuenta que todavía estamos lejos de la media de países europeos y de los compromisos del plan de convergencia (punto y medio por encima de la media de los tres mejores), lo que exigiría que la inflación española tuviera que estar en torno al 3%.

Tras la, subida de los impuestos que se acometió a principios de año (varios indirectos y el IVA), los temores se centran ahora en que la inflación interanual a final de enero sea superior al 5%. Ello obligaría tal vez a nuevas subidas de los tipos de interés, lo que frenaría la recuperación. Ésa es la principal preocupación del momento y por eso el Gobierno anunció ayer mismo la puesta en marcha de una serie de medidas complementarias. Por una parte, de contención del gasto, con un recorte de 150.000 millones de pesetas en los presupuestos. Por otra, de reformas legales tendentes a introducir competencia en ciertos servicios, simplificar los tránmites administrativos y abaratar el suelo edificable. Y ha insistido en el mensaje de la moderación salarial. Todo ello es el precio, elevado, a pagar por la inflación. Que mejora, pero sigue grave.