Irak castiga a los disidentes con amputaciones

La televisión iraquí ha difundido un amplio y escalofriante reportaje sobre la amputación de la mano derecha a un hombre que había robado un televisor. El reportaje incluía un primer plano de la mano recién amputada de Alí Ubaid Abed. Miles de iraquíes, fundamentalmente desertores del Ejército y disidentes, han perdido la mano, el pie o una oreja desde que, el pasado 4 de junio, Sadam Hussein aprobase un decreto que castiga con la amputación de la mano, a la altura de la muñeca, en caso de robo. La reincidencia se castiga con la pérdida del pie a la altura del tobillo.Los ladrones no son, evidentemente, el objetivo primordial de esta medida de terror del régimen de Sadam. Un desertor del Ejército iraquí que logró escapar de Kurdistan el mes pasado después de sufrir la amputación de parte de su oreja relató que había visto a tres centenares de personas en un campo de detenidos que habían perdido una oreja. Todos llevaban marcada la frente.

La televisión Iraquí ha difundido el mensaje. Un aterrorizado Ubaid Abed se retorcía de dolor ante las cámaras después de perder su mano. Los médicos que se oponen a llevar a cabo estas intervenciones quirúrgicas han tenido que huir a Kurdistán o Irán. En algunas ocasiones, los amputados mueren de gangrena poco después de la intervención ya que no está permitido facilitarles ninguna atención médica tras la aplicación de la pena. Los médicos, además, se enfrentan a la posible venganza de los familiares.