_
_
_
_
Reportaje:

"Mêlée" femenina

12 equipos de alumnas practican el rugby en la Ciudad Universitaria

Antonio Jiménez Barca

El rugby es un deporte de carniceros practicado por caballeros... y damas. O si no que se lo digan a las componentes de los 12 equipos femeninos de este deporte 4 de la Politécnica y 12 de la Complutense que participan en las ligas de la Ciudad Universitaria.No son especielmente corpulentas. Pero se emplean a fondo. Con mucha rabia. Como la que se apropió de Elisabeth Briones, número 15 del equipo de la escuela de Ingenieros Industriales, cuando ayer, en uno de los lances del partido que su equipo disputó con el de Agrónomos, agarró el balón ovalado, lo pegó a su pecho y salió disparada hacia la línea de ensayo. Mientras sorteaba a una, dos, tres contrarias, chillaba. Al final, sólo fue capaz de pararla otra jugadora de idéntica fiereza que se lanzó a por Elisabeth como sólo saben hacer algunos tigres. que salen en los programas de televisión.

Son dos ejemplos que demuestran que en el partido de ayer no hubo piedad. Y en él marcador tampoco: un aplastante 27-0 a favor de las futuras ingenieras industriales. La excusa para las de Agrónomos estaba servida, ya que no pudieron presentar, a causa de los exámenes, un equipo completo y tuvieron que conformarse con alinear 12 jugadoras enfrente de las 15 reglamentarias que se les pusieron enfrente. Las de industriales incluso, llevaban reservas.

"Y tres menos influyen, hay muchos huecos y no había manera de pararlas" comentaba Fátima Méndez, de 26 años y que desde el 90 practica el rugby en la Universidad. Otra de las justificaciones de las chicas de Agrónomos: "Ellas eran muy bajitas y al agacharnos perdíamos fuerza en la melée" (lance del juego en el que jugadores de uno y,otro equipo se enlazan entre ellos con la intención, a base de empujar, de hacerse con la pelota).

Para las ganadoras, tres jugadoras de menos no disculpaban la paliza. "No hay tantos huecos como dicen" explicaba desde la grada Alicia Gálvez, ex Jugadora, quien ahora sólo acompaña al equipo para animar. A su lado, se encontraba Susana García, de 23 años, que antes de Navidades se lesionó en un partido y ahora padece rotura de ligamentos. "Como Míchel", dice. "En un momento gire mal la rodilla" explica.

La historia de la formación del equipo femenino de Industriales es curiosa: "Fue hace 4 años, un día de aburrimiento en el bar, que es donde suceden todas las cosas en la universidad; se nos ocurrió poner un cartel para animar a las chicas a practicar un nuevo deporte", contaba ayer uno de los integrantes del equipo masculino. La versión de Susana García es distinta: "Pusieron un cartel a, ver si ligaban... y ligaron algo"-, cuenta.

A pesar de que el campo pelado del Paraninfo favorece las raspaduras y las heridas, no hubo percances mayores y el buen día favoreció la afluencia de público, tanto masculino como femenino. El inevitable "ésa que corre está buena" se oyó por alguna parte. Al final el árbitro (no existen todavía mujeres árbitros) que oficiaba también de masajista cuando alguna de las chicas se lastimaba, pitó el final. En el aire, sabor a revancha: por primera vez en cuatro años, las de Industriales ganaban a las de Agrónomos. "Desde hace tiempo nos tenían ganas" juraron las derrotadas, antes, de partir hacia los vestuarios.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_