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Gingrich se deshace de una colaboradora acusada de supuestas simpatías nazis

Antonio Caño

El nuevo presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos y principal impulsor de la victoria republicana de noviembre, Newt Gingrich, se vio obligado a destituir precipitadamente a su recién nombrada historiadora de la Cámara, Christina Jeffrey, después de saberse que, hace ocho años, esa profesora había hecho declaraciones que parecían reflejar una cierta simpatía con la ideología de los nazis y el movimiento racista Ku Klux Klan, lo que levantó protestas entre la comunidad judía y en los ambientes democráticos.

Este episodio, junto a otros incidentes y algunas correcciones de su, programa político, reflejan el clima turbulento en el que Gingrich, la principal figura republicana del momento, trata de poner en marcha su revolución conservadora.El anuncio de la destitución de Christina Jeffrey, que había sido nombrada a mediados de diciembre como consultora de la Cámara para asuntos históricos, es decir, como historiadora de la cámara, fue hecho en la noche del lunes después de que la cadena de televisión CNN y otros medios de información desvelasen un incidente en el que Jeffrey se vio envuelta en 1986. En aquella ocasión la profesora era miembro de un panel del Departamento de Educación que rechazó un programa de estudios porque "no recogía el punto de vista nazi ni el del Ku Klux Klan". Aquel comentario dio lugar en su momento incluso a una audiencia en el Congreso.

Varios congresistas han manifestado que las declaraciones de Jeffrey constituyen una ofensa para las víctimas del Holocausto y para los miles de norteamericanos muertos en su lucha contra el nazismo durante la II Guerra Mundial.

Un portavoz de Gingrich explicó que el presidente de la Cámara no sabía que Jeffrey había sido protagonista del incidente de 1986 porque entonces la profesora tenía su nombre de soltera, Christina Price.

Este argumento, sin embargo, resulta dudoso por cuanto Gingrich conocía bien y desde hace tiempo a la profesora de historia, que trabajó durante los últimos años en la misma universidad de Georgia en la que el presidente de la Cámara impartió también clases de la misma asignatura hasta recientemente.

La Casa Blanca ha considerado prudente y oportuna la destitución de Jeffrey, y las organizaciones judías han agradecido a Gingrich su rápida reacción. Pero la profesora ha calificado de injusta su destitución y ha criticado la forma en la que fue despedida Gingrich le hizo llegar una nota en la que le comunicaba su baja, pero ni siquiera se puso en contacto con ella por teléfono.

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Este caso, que recuerda a los problemas que el presidente Bill Clinton tuvo con sus primeros nombramientos en altos cargos de la Administración, se produce sólo seis días después de que Gingrich asumiera su puesto. Esto se suma a la polémica provocada por una declaración de la madre del presidente de la Cámara de Representantes en la que aseguraba que su hijo se había referido a Hillary Clinton con el calificativo de bitch, que en inglés se puede entender como puta, zorra, perra o bruja.

Marcha atrás política

Al mismo tiempo que estos incidentes empiezan a perjudicar a la imagen de Gingrich, el, presidente de la, Cámara anunció que ha decidido suavizar su propuesta de reforma de la beneficencia pública. Atendiendo a la presión de gobernadores del propio Partido Republicano, Gingrich aceptó dar marcha atrás en su intención de privar de todo tipo de servicios sociales a los inmigrantes, ilegales. En su nueva propuesta los inmigrantes que contribuyan con su trabajo y sus impuestos a la sociedad podrán tener acceso a los servicios del Estado, aunque no estén legalmente registrados.

Han sido suficientes, por tanto, unos días tan sólo para que Gingrich compruebe, como ya comprobó antes Bill Clinton, que el tránsito de las promesas electorales, a los, hechos no es sencillo en Washington, y que su popularidad puede esfumarse con la misma rapidez con la que creció.

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