Los chechenos rechazan el ultimatum del Kremlin
La anunciada tregua entre los combatientes chechenos y las tropas regulares rusas, que el defensor del pueblo, Serguéi Kovaliov, creía haber logrado con sus buenos oficios ante el jefe del Gobierno, Víktor Chernomirdin, se convirtió ayer, en un ultimátum expeditivo del Kremlin a sus contrincantes y fue un fracaso total. La artillería rusa continuó bombardeando Grozni, aunque con menor intensidad que en días precedentes, según la emisora El Eco de Moscú, que informó de la entrada en Chechenla de nuevos efectivos militares, entre ellos, contingentes de las tropas de la Guardia de Fronteras.
Estos refuerzos parecen, indicar que Moscú recupera fuerzas y se prepara para una nueva ofensiva de envergadura En un llamamiento a las "bandas armadas ilegales", el Gobierno ruso dio el lunes a los chechenos 48 horas de plazo, desde las ocho de la mañana de ayer hasta las ocho de la manana de mañana, para abandonar sus posiciones, entregar las armas y devolver los prisioneros a cambio de la amnistía. El llamamiento aseguraba que el Gobierno había dado "las necesarias disposiciones a los mandos de las tropas federales para que interrumpieran el fuego". La iniciativa de Moscú, que el secretario del Consejo de Seguri dad, Oleg Lóbov, calificó como "un amplio gesto hurnano", causó la sorpresa de Serguéi Kovaliov, que emprendió el camino desde Nazrán, la capital de Ingushetia, hacia Grozni sin contar con la ayuda del Ejército. Kovaliov dijo que el acuerdo logrado con Chernomirdin era absoluta mente diferente al texto gubernamental, que no dice nada sobre la posibilidad de evacuar heridos y , retirar muertos. El servicio de prensa del Gobierno aseguró que los soldados rusos mantenían la moratoria y no disparaban.El prestigioso diario Izvest¡a revelaba ayer la primera deserción masiva conocida hasta ahora, que se dio en las filas del OMON, las unidades de élite antidisturbios de las tropas del Interior enviadas a Chechenia. El diario se refería concretamente al OMON de Yekaterinburg (la patria chica de Borís Yeltsin, en los Urales) que envió un contingente de 101 hombres el pasado 2 de diciembre, de los cuales 60 desertaron.
El grupo de Yekaterinburg tenía que haber regresado a su acuartelamiento el 2 de enero, pero en vísperas del año nuevo le anunciaron que su estancia quedaba prolongada hasta el 26 de enero. Cansados, mal alimentados y sin comprender la tarea que les había sido encomendada, la mayoría de sus integrantes dejaron sus posiciones y volvieron a Yekaterinburg. Según apreciaciones del OMON citadas por Izvestia, son millares las víctimas habidas en los asaltos al Ministerio de Defensa y del Interior de Chechenia.
La cifra de bajas puede ser aún mucho más alta, a juzgar por el carácter popular de la resistencia. La agencia Itar-Tass señalaba ayer que las principales bajas entre los chechenos se dan en los pequeños grupos de voluntarios, que actuan por cuenta propia y sin relación entre sí. Entre los rumores de los que se hacía eco la agencia Itar-Tass está el de la llegada a Chechenia el pasado día 7 del ex jefe del Sóviet Supremo de Rusia, Ruslán Jasbulátov.,
En Mosclá, el presidente Yeltsin y Chernormirdiri debatieron la situación en Chechenia, en vísperas de una sesión de la Duma Estatal (Cárnara baja del Parlamento) en la que dos facciones liberales (la Opción de Rusia, que preside Yegor Gaidar, y Yavloko, que dirige Grigori YavIinski) apoyarán una ley para ejercer un mayor control parlamentario sobre el Ejecutivo.
En el centro de la capital rusa hubo ayer un mitin contra esta campaña militar en el Cáucaso convocado por la Opción de Rusia en el que intervinieron `Vegor Gaidar y también el jefe del Comité de Defensa de la Duma, Serguéi Yushenkov. Desde ayer, los jefes de las dos cámaras parlamentarías, Iván Ribkin y Madímir Shumeiko, han pasado a formarparte del Consejo de Seguridad como rruembros permanentes.
La profundidad de las secuelas de la crisis chechena comienza a sentirse ya en todos los foros. El jefe del Comité de Internacional de la Duma Estatal, Madímir Lukin, manifestó que la guerra, cualquiera que sea su resultado, supondrá una enorme pérdida de prestigio para Rusia y señaló que el prestigio internacional de este país no había sido tan bajodesde 1982, en vida del líder soviético Leonid Bréznev. Lukin se mostró partidario de una intervención de. la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE). De hecho, un representante de la OSCE que ayer se entrevistó con el ministro de Exteriores, Andréi Kózirev, dijo que su organización va a enviar próximairiente una misión a Chechenla. Este representante señaló que Kózirev le había reconocido que este conflicto ya "no es un asunto exclusivamente interno ruso". Lo más penoso en la reacción internacional a la guerra es el retraso en la rátificación del acuerdo logrado el pasado verano con la Unión Europea
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