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El Gobierno belga sobrevive al hallar solución a una guerra lingüística

El Gobierno belga alcanzó en la noche del lunes un acuerdo que permite simultáneamente desactivar una guerra lingüística entre flamencos y valones y evitar una crisis política que permitirá a la coalición seguir hasta finales de año.El pacto, alcanzado tras un maratón nocturno del Gobierno de centro-izquierda dirigido por el socialcristiano flamenco Jean-Luc Dehaene, ofrece garantías lingüísticas a los 4.000 habitantes de Fourons, sometidos a una administración flamenca a pesar de ser en su mayoría francófonos. A cambio, el socialista francófono José Happart, desencadenante de la crisis, ha renunciado a ser alcalde de Fourons, lo que satisfará a los flamencos, que le reprochaban el que no hablara neerlandés. La ley belga exige que el alcalde debe ser capaz de expresarse en la lengua del territorio administrativo de la comuna, el neerlandés en el caso de Fourons.

El acuerdo establece, además, que un mediador facilitará todas las relaciones de los francófonos de Fourons con las autoridades administrativas de la provincia neerlandesa de Limbourg. Los de Fourons tendrán derecho a servicios de traducción para las formalidades administrativas con los flamencos. La minoría flamenca de Commines, localidad sita en la provincia francófona, también se beneficiará de estos acuerdos.

El pacto debe permitir a la coalición de socialcristianos flamencos y valones y socialistas flamencos y valones seguir hasta las elecciones de noviembre.

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