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La peseta sigue su retroceso frente al marco empujada por la inestabilidad política

El dinero extranjero sigue su retirada del mercado español. Ayer, la peseta superó con creces el nivel de las 86 pesetas por marco -llegó a las 86,65 unidades por la tarde-, al tiempo que la rentabilidad de los bonos a 10 años (largo plazo) terminaba en el mercado de Madrid en el 12,15%, con una subida de 0,8 puntos. La Bolsa de Madrid perdió un 1,461/1 (4,14 puntos), y el índice retrocedió hasta el 279,59%. La caída registrada en los mercados europeos repercutía con mayor gravedad en el español, el más castigado de todos ellos. La inestabilidad política pasa factura.

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La incertidumbre política parece clara cuando el presidente del Gobierno, Felipe González, ha tenido que hacer dos apariciones públicas en el plazo de 10 días. El pasado 30 de diciembre compareció en conferencia de prensa para tratar de disipar las incertidumbres y ayer lo hizo en una entrevista la primera cadena de TVE. La situación fue analizada ayer por el periódico económico británico Financial Times en un editorial titulado "González en el declive" en el que une la crisis política a los problemas de la peseta y la inflación para explicar la inestabilidad de los mercados. "El mercado está sin referencias. Nadie quiere pesetas", señalaba César Cantalapiedra, de Analistas Financieros Internacionales, resumiendo la que había ocurrido en la sesión de ayer. "La percepción es que la situación es peor de lo que se pensaba", según César Molinas, de FG, al explicar por qué consideran que sus previsiones a la baja para 1995 se habían quedado relativamente obsoletas apenas transcurrido un mes desde que las hicieron. "Cuando los mercados europeos reaccionan, el español se queda quieto; cuando empeoran, el español lo hace en mayor medida que el resto", declaraba Juan Antonio Bertrán, de AB Asesores. "En momentos de incertidumbres los inversores optan por refugiarse en las monedas fuertes, en los valores fuertes", decía Ignacio Montejo, de FG.

Peores panoramas

Éste era el panorama de un lunes considerado por parte de los analistas como uno de los peores de los últimos tiempos. El grado de inestabilidad política era suficientemente grande como para haber anulado cualquier efecto positivo que pudiera haber tenido sobre la peseta la decisión del Banco de España de subir los tipos de interés la pasada semana -del 7,35% al 8%-. La sorpresa de esa subida fue efectiva, pero los analistas "empezar con a pensar que la situación de la inflación y de la peseta era peor de lo que se conocía y ello ha provocado una sobrerreacción", según César Molinas, de FG.A pesar de este clima, la peseta empezó la mañana recuperando posiciones lo que hizo pensar en una posible intervención del, Banco de España para tratar de mantener la paridad de la divisa. "El Banco de España, y todos, aprendimos dos lecciones de la crisis de 1992: no es posible mantener, el tipo de cambio elevando los tipos de interés y tratar de mantener el cambio con intervenciones en los mercados supone un coste enorme en el volumen de reservas que, además, no garantiza en absoluto el éxito de lo perseguido", señalaban ayer fuentes de Economía negando de plano cualquier posible intervención del banco emisor.

En el Banco de España -en el que no estaban ni el gobernador ni el subgobernador por encontrarse el primero en Basilea, en la reunión mensual que se celebra en la sede del Banco de Pagos Internacionales, y el segundo en Bruselas- se negaba toda posibilidad a esta hipótesis. De hecho, se señalaba en algunos medios, el Banco de España no ha intervenido a favor de la peseta desde hace, bastante más de un año. "El Banco de España debería decir más claro aún que no le importa a dónde va a ir la peseta", decía Molinas para evitar cualquier tentación de quienes quieran jugar contra la moneda.

Deslizamiento

Finalmente, el deslizamiento de la peseta, en la banda de fluctuación supera las 86 pesetas -el máximo es 91,87 pesetas por marco- y la ampliación del diferencial entre el tipo de interés de los bonos a 10 años en España -12,15%- y en Alemania -7,72%-, que ayer se amplió hasta 4,43 puntos.Lo cierto es que el mercado español sufrió ayer un deterioro mayor del registrado en el resto de los europeos. Y eso que tampoco estos tuvieron un día normal. La corona sueca cedió hasta colocarse 100 marcos alemanes en 482,55 coronas frente a las 478,75 del viernes. La rebaja de la calificación del Reino de Suecia por parte de la agencia Moody's de AA2 -el mismo del Reino de España a AA3 explica la caída.

La lira, donde la inestabilidad política parece continua, y el franco francés -hasta ahora solo hay un candidato a la presidencia, el gaullista, Jacques Chirac, poco partidario del franco fuerte- sufrieron los ataques de los inversores y perdieron posiciones. Fuentes de Standard & Poor's dijeron que se podría revisar el riesgo de Italia en los próximos meses, según Reuter.

La libra acompañó a las otras monedas en su reflujo. La pérdida también afectó al dólar ya que los inversores reaccionaron cuando conocieron que la Reserva Federal intervino en los mercados para defender el peso mexicano.

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