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Clima explosivo entre palestinos e israelíes en Gaza y Cisjordania

Ayer, al caer la noche, todavía no se había producido ningún enfrentamiento entre palestinos e israelíes. Ni en Gaza, ni en Jericó ni en el resto de la Cisjordania ocupada. Merece la pena reseñarlo porque, en los siete días anteriores, no pasó ni uno sin que se produjeran enfrentamientos sangrientos entre los dos bandos, con participación en muchos de ellos de soldados israelíes y policías palestinos. La tensión entre Israel y Palestina sigue alta. Incluso a un nivel que puede resultar explosivo.

El único incidente ocurrido ayer fue entre israelíes: un grupo de ellos, izquierdistas, se peleó a puñetazos con otro de colonos cerca del pueblo de Al Jader, donde las excavadoras habían comenzado a preparar el terreno para construir un nuevo asentamiento hasta que tuvieron que detener los trabajos por orden del Gobierno de Isaac Rabin.Al día siguiente de la muerte en Gaza de tres policías de Yasir Arafat, otros cuatro palestinos fueron muertos en el pueblo de Bet Likia, en el distrito cisjordano de Ramala. Fuentes militares israelíes aseguraron que todos ellos eran miembros del Frente Popular para la Liberación de Palestina, que encabeza Georges Habache, y que eran buscados desde hacía meses por los agentes del Shin Beth, el servicio de seguridad israelí, y por la unidad especial Cereza. Fueron estos últimos quienes finalmente les encontraron y abatieron tras un breve intercambio de disparos.

Los israelíes temen ahora la venganza de los palestinos y éstos se preguntan dónde volverán a atacar las unidades especiales israelíes. Es tal el nerviosismo que incluso un toque en el hombro puede costar la vida.

Yo mismo he visto, cerca del punto de control de Erez, en Gaza, como un periodista israelí tocaba suavemente el hombro de un soldado para atraer su atención. El militar se revolvió como si le hubiera mordido un escorpión, con el dedo en el gatillo de su fusil ametrallador. "No vuelva a hacer eso", dijo furioso. "Podría causar una catástrofe".

A la que salta

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Del lado palestino, la tensión también es muy alta. Hace apenas 15 días, los policías de la Autoridad Nacional que dirige Arafat se mostraban distendidos y amistosos cuando trataban con los israelíes, fuesen estos militares o civiles. Ahora ha cambiado todo. Inspeccionan los vehículos sin esbozar una sonrisa, con la cara sombría.

Un israelí muy conocido en Gaza como reportero cuenta que, durante su última visita, dos policías palestinos le dijeron que se fuera a toda prisa. "Eres judío, lárgate". De nada le sirvió que se identificara como periodista. "Periodista o no, eres ante todo judío. No queremos verte por aquí", le espetaron. Ésta es ahora la atmósfera en Gaza.

En los últimos 10 días, 11 palestinos han perdido la vida por disparos de soldados. En los últimos dos meses, éstos han practicado unas 1.000 detenciones de supuestos militantes del movimiento islámico Hamás 31 de otros grupos radicales. "Ahora desarrollamos una guerra total contra el terrorismo", asegura el general Ilan Biran, jefe del frente central, que incluye a la Cisjordania ocupada.

¿Cómo puede hablarse de paz en este clima? El reciente encuentro entre el ministro israelí de Exteriores, Simón Peres, y uno de los principales negociadores palestinos, Nabil Shaat, no ha conseguido que mejore la atmósfera. Shaat ha negado veracidad a un comunicado militar israelí según el cual los tres palestinos muertos el lunes habían sido los primeros en disparar. "Es falso", dijo. "La comisión mixta palestino-israelí encargada de investigar las circunstancias del enfrentamiento aún no ha llegado a ninguna conclusión".

En resumen, que la desconfianza envenena las relaciones entre palestinos e israelíes, incluso al nivel más alto.

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