Desconcierto

El Gobierno, de manera indirecta, está demostrando su desconocimiento respecto a lo que el juez Baltasar Garzón se trae entre manos. La independencia del ministerio fiscal y del fiscal general del Estado, Carlos Granados, parece fuera de cualquier duda.Granados no ha ofrecido al Ejecutivo la información que pueda tener al respecto. Teniendo en cuenta que el Gobierno no le puede ordenar que se la facilite, la conclusión es que el Ejecutivo está ayuno de información.

Ésta debe ser la principal razón por la cual en sólo una jornada el Gobierno ha cambiado de opinión varias veces respecto a si debe o no comparecer. Primero está la objeción de fondo, la resistencia del actual ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, a comparecer para dar explicaciones sobre la trama de los GAL.

Por otro lado, la petición de la oposición de que las explicaciones se produzcan antes del día 31 de diciembre es considerada inadecuada para el Gobierno. Argumenta que no tiene datos reales sobre la causa que está instruyendo, Garzón y confía en que en los próximos días quizá se haya levantado por completo el secreto del sumario.

No obstante, portavoces de CiU lamentaban ayer la firmeza con que Joaquín Almunia, el portavoz del Grupo Socialista, había rechazado la posibilidad de que el Ejecutivo se explique ante el Congreso. Portavoces del PP, a su vez, destacaban el desconcierto que les está produciendo la actuación del Gobierno.

Desde las filas del Grupo Popular se aseguraba que el día anterior el presidente de la Comisión de Justicia e Interior, el socialista Javier Barrero, estaba dispuesto a convocarla y después tuvo que decirles que no por órdenes superiores.

La recomendación de CiU de que algo tiene que hacer y decir el Gobierno parece que surtirá efecto. Lo más probable es que hoy, sin necesidad de votar, todos los grupos parlamentarios aceptarán que la comparecencia de Belloch se produzca en enero.