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Reportaje:TECNOLOGÍA: ARTES GRÁFICAS

La Fábrica de Moneda 'tortura' billetes para probar su resistencia

Marimar Jiménez

Varios billetes de 1.000, 2.000 y 10.000 pesetas permanecen sumergidos 24 horas en unos tubos con sudor humano artificial, gasolina, alcohol, ácido clorhídrico y otras 20 sustancias en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT), en Madrid. Cerca, la tinta con que se imprimen aguanta estoicamente 80 grados centígrados y una tarjeta de banda magnética soporta el clima húmedo de un país tropical. Son pruebas de resistencia física y química habituales en el Laboratorio General de Ensayos de esta empresa pública, ahora totalmente renovado y ampliado para hacer frente a las nuevas exigencias de la tecnología.Tres grandes áreas de experimentación ocupan 900 metros cuadrados en la sede de la FNMT, a partir de ahora abiertas también para hacer trabajos específicos encargados por empresas privadas. Aunque el objetivo de investigadores y técnicos allí es analizar cómo se comportarán en la calle los documentos oficiales, desde el carné de identidad a los sellos o los décimos de lotería y, por supuesto, las monedas y los billetes. Evitar las falsificaciones es una de las tareas más llamativas, pero no la única. ¿Cómo saldría de la lavadora un pasaporte? ¿Se partirá un DNI congelado por el frío cuando su titular va a esquiar?

El laboratorio cuenta para hacer todas las pruebas con una base de datos de climas de todo el mundo y varias cámaras de envejecimiento donde imitan el uso cotidiano de un documento o un billete. En una equipada con una lámpara xenon con espectro parecido a la luz solar, se acelera el tiempo que pasan expuestos al sol para comprobar su resistencia a la luz. En otras se simula lluvia y choques térmicos. Una tarjeta de banda magnética debe resistir 50 grados centígrados, según la normativa ISO, sin que el soporte o la información sufran ningún cambio. Y el DNI de un país frío debe estar preparado para no helarse cuando una persona lo saque de la cartera (generalmente pegada al cuerpo), donde está a unos 27-30 grados, y pase a 0 grados o a 5 grados bajo cero. Lo cierto es que el papel es muy higroscópico, o, lo que es lo mismo, tiene mucha capacidad de absorber y exhalar humedad.

"Es normal que el empleado de una gasolinera tenga restos de gasolina en las manos cuando toca un billete. Lo que nosotros estudiamos es cómo afectará ésa y otras sustancias agresivas al dinero para mejorar la calidad del papel y la tinta con que están hechos", dice José Mejía, responsable del área de artes gráficas del laboratorio. Esta zona está dividida en dos salas, una que se mantiene constante a 23 grados y 50% de humedad relativa, y la otra, más pequeña, que se puede adecuar en pocos minutos a cualquier temperatura y humedad para simular el clima de cualquier país y saber cómo se comportará el papel, la tinta o las impresiones en determinadas condiciones. No hay que olvidar que la FNMT, además de fabricar documentos (DNI, pasaportes) españoles, papel de seguridad, boletos de apuestas y bingo, sellos, recetas médicas, tickets con banda magnética y tarjetas con chip, elabora también documentos para otros países.

Pero ni los documentos ni el dinero se deterioran sólo por las condiciones atmosféricas. Las monedas también sufren un desgaste físico cuando se introducen en las máquinas automáticas, y los billetes, cuando se doblan y arrugan para ser metidos en la cartera. "Antes de sacar un producto a la calle hacemos muchas pruebas", dice Mejía. Por ejemplo, con las tarjetas telefónicas se hacen ensayos de abrasión que simulan el acto de meter y sacar la tarjeta en una cabina. Aunque los ensayos de envejecimiento y climáticos se hacen siempre sobre los productos terminados, también se practican análisis previos de control de materiales.

Así, en el área de plásticos, de reciente creación, se examina detalladamente la calidad de las materias primas con que se hacen los plásticos del DNI, del pasaporte y de las tarjetas, diferentes entre sí. Un espectrómetro de infrarrojos y otro de luminiscencia ofrecen una auténtica huella dactilar de los polímeros. "Estudiamos su composición química y las propiedades físicas y mecánicas de los plásticos: el índice de tracción, de doblado... Características que debe cumplir un plástico para que aguante el uso normal del documento", indica Luis Miguel Sanz, responsable del área. La puesta a punto del plástico del nuevo DNI español les ha llevado cinco anos. "Parece un plástico muy sencillo, pero tiene varias capas y cada una cumple una función", añade.

Aleaciones metálicas

Tampoco es trivial lo que se le exige a una moneda para salir a la calle. No sólo debe ser cómoda de transportar, tener un diseño agradable y que los ciegos identifiquen su valor fácilmente. Deben cumplir también características eléctricas y magnéticas, y para ello, la aleación con que están hechas es fundamental. De ella dependerá el que se oxide o no, y también su resistividad eléctrica, una propiedad muy importante para que un monedero electrónico la acepte o no."Tenemos servicios de análisis químico y de espectrometría donde calculamos la concentración exacta de un elemento en una aleación", continúa Carlos Merino, responsable del área de metales, el más antiguo. "La vía química, más lenta, la utilizamos básicamente para determinar la ley de plata en aleaciones de este metal. El resto lo hacemos con técnicas de absorción atómica y de espectrometría de emisión óptica de chispas", explica. La primera permite hallar elementos que están en muy baja concentración en tina aleación o impurezas en un metal puro, y la segunda, para encontrar elementos que están en concentraciones mayores.

Los expertos de esta zona se muestran especialmente orgullosos del equipo de espectrometría de emisión óptica de chispas, que puede analizar simultáneamente 22 elementos en 30 segundos. "Colocamos la moneda en una zona reservada para este fin en la máquina y se incide sobre ella una energía que funde un poco de material. Después, el equipo emite una luz que pasa a través de unas lentes hasta una red de disfracción y ésta las va separando en las distintas longitudes de onda, dependiendo de los componentes de la aleación. Así obtenemos las proporciones de cada elemento con una extremada exactitud", explica Merino.

Balanzas, micrómetros, dinamómetros, tensiómetros y rugosímetros se mezclan en las mesas de trabajo. Unos, por ejemplo, controlan el espesor y el diámetro de las monedas; otros, el grosor y el peso del papel por metro cuadrado. "En el caso del papel, las dos características tienen mucho que ver con sus propiedades ópticas, de resistencia, de opacidad y de permeabilidad a fluidos", indica Mejía. Mientras da esta explicación, una maquina dobla múltiples veces un trozo de billete hasta ver cuánto aguanta, otra lo estira hasta romperlo y una tercera lo arruga hasta dejarlo inservible. Son estudios de resistencia al plegado, al rasgado y a la tracción, importantes para ver el comportamiento de cualquier papel durante la impresión.

Tareas de peritaje

Otra tarea esencial del laboratorio es peritar monedas, billetes, loterías, letras de cambio y joyas. Para ello, los investigadores se valen de microscopios con los que observan detalladamente la estructura metalográfica de las aleaciones (presencia de grietas, inclusiones o fallos) y un comparador de imágenes, en forma de lupa, que determina si el dinero es falso. "Pones una moneda supuestamente falsa a un lado y otra auténtica al otro y las superpones. Así puedes comprobar si el grabado de la primera concuerda con el de la segunda", señala Merino. Y cuando la falsificación es casi perfecta, acuden a los análisis de espectrometría.Pero entre las 19 personas que trabajan en el laboratorio hay una oveja negra, que intenta justo lo que los demás tratan de evitar. Es Angel Campos, el falsificador de la casa, que simula en su mesa lo que haría un falsificador en la calle. "Manipula cualquier documento que cae en sus manos", cuenta Sanz. Su mesa está llena de DNI troceados y tarjetas forzadas, junto a unas tijeras. "Les hace las perrerías más grandes que os podáis imaginar", dice Sanz, que no puede dar más información.

Ahora la fábrica tiene previsto crear dos nuevas áreas, una de magnetismo y otra de óptica. "Tratamos de ajustamos a las necesidades que van surgiendo. La aparición de las tarjetas inteligentes nos llevará posiblemente a crear un área de electrónica", añade. De momento, un investigador, integrado en el área de plásticos, analiza la calidad de los contactos de los chips de las tarjetas con un microscopio con distintos tipos de iluminación.

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Sobre la firma

Marimar Jiménez
Redactora senior en la sección de Empresas de CINCODIAS. Sigue la actualidad del sector de tecnologías de la información y del ecosistema emprendedor español. Antes de incorporse al diario en 2000 trabajó en Actualidad Económica y los suplementos Futuro y Negocio en EL PAIS. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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