14 preguntas y 14 respuestas
Ernesto Ekaizer, corresponsal económico de EL PAÍS y autor del libro Banqueros de rapiña. Crónica secreta de Mario Conde, realiza una selección de 14 preguntas y respuestas sobre la intervención de Banesto
¿Por qué el Banco de España eligió el día 28 de diciembre para adoptar la decisión?El equipo del gobernador Luis Ángel Rojo había adoptado virtualmente la decisión de sustituir a Mario Conde y su consejo de administración sin definir la fecha exacta. En principio, Banesto debía reflejar en sus estados financieros de 1993 todos los ajustes planteados por el Banco de España. Normalmente los estados financieros consolidados junto con la propuesta de dividendo suelen enviarse al banco emisor a mediados de febrero de cada año. En este caso, la aceleración del ritmo que cobraron los acontecimientos fue iniciativa de Conde. El ex presidente de Banesto había previsto para mediados de enero reuniones con las agencias de rating en Nueva York para explicar el nuevo plan de recapitalización del banco, cosa que sólo podría tener lugar si el banco emisor aprobaba su programa.
Había otro factor de aceleración. La Reserva Federal norteamericana (banco central) había anticipado al Banco de España que a mediados de enero de 1994 anunciaría una amonestación pública a Banesto por diferentes irregularidades detectadas en la inspección que tuvo lugar. en la filial Banesto Banking Corp y en la sucursal del banco en Nueva York.
¿Cuál fue el factor que terminó por imponer la intervención?
La inspección del Banco de España expuso a finales del mes de octubre a sus interlocutores de Banesto que la magnitud de los problemas era mucho mayor a la valorada y que ya ascendía a 503.000 millones. La dirección de Banesto conoció incluso con anticipación al informe oficial esa cifra porque la lista de créditos y operaciones problemáticas estaban en el despacho que ocupaban los inspectores en el edificio de la Castellana 7. Una lista apareció en el despacho de un director general de Banesto antes de que se entregase oficialmente.
Los problemas arrancaron en el mes de septiembre. El 6 de septiembre, el director general del Banco de España a cargo de la inspección, José Pérez, envió una carta al entonces presidente de Banesto dando cuenta de que se habían hallado irregularidades en los estados financieros de 1992, lo que situaba los resultados consolidados del banco en pérdidas por valor de 26.056 millones de pesetas. "Procede rectificar estas incorrecciones de forma que los estados individuales y consolidados correspondientes a 30 de diciembre de 1993 recojan los ajustes por los conceptos e importes señalados. Las situaciones e irregularidades expuestas en el presente escrito revelan un funcionamiento inadecuado de los órganos de gestión y control... Mención especial merece la existencia de sociedades interpuestas no incluidas en los estados consolidados, que impiden un reflejo fiel, de la situación patrimonial y financiera del grupo Banesto y dificultan su supervisión", decía Pérez en su escrito.
¿Fue el aplazamiento de la emisión de 400 millones de dólares de bonos previstos por J.P. Morgan el detonante de la crisis?
El aplazamiento fue importante, pero las autoridades monetarias nunca conocieron el motivo de esa decisión. J. P. Morgan, al conocer las irregularidades contables de 1992, resolvió aplazar la operación hasta negociar un nuevo plan ya que Conde aseguró al banco norteamericano que el Banco de España daría finalmente su beneplácito.
¿Cuándo pasó el Banco de España de una idea de bloqueo de la situación a la convicción de que el cambio de administradores era irreversible?
Después de varias reuniones entre José Pérez, el consejero delegado Enrique Lasarte y la consejera Paulina Beato, el gobernador tomó la decisión de llamar a Mario Conde a su despacho la tarde del 15 de diciembre para conocer su posición, ya que hasta ese momento el ex presidente había estado ausente en las negociaciones. Según ha explicado Conde, ese día Rojo aprobó su plan. Una investigación más amplia ha podido confirmar que no se había presentado un plan concreto hasta el 21 de diciembre.
El día 16 de diciembre, Rojo, Pérez y Miguel Martín participaron en una reunión en el Ministerio de Economía con el ministro Pedro Solbes y el secretario de Estado Alfredo Pastor. Allí se acordó informar oficialmente al presidente del Gobierno, Felipe, González, sobre la situación y la posibilidad de decidir la sustitución de Conde y su consejo.
La actitud de J. P. Morgan, ¿fue decisiva?
Sí. El 22 de diciembre, Conde acudió al Banco ole España junto con Roberto Mendoza, vicepresidente del banco norteamericano, y Violy de Harper, que había trabajado en el nuevo plan. El gobernador preguntó a Mendoza si en caso de que el Banco de España apoyase el plan de excepciones que se solicitaba, J. P. Morgan estaría dispuesta a poner más dinero y asegurar la emisión de bonos convertibles. Mendoza contestó que el banco no pondría un dólar más en Banesto y que la emisión estaría sujeta a las condiciones de mercado.
Sin embargo, J. P. Morgan escribió una carta el 27 de diciembre apoyando el plan de Conde ¿Por qué no impidió esa carta la intervención?
La carta no comprometía ayudas sustanciales y el esfuerzo fundamental seguía siendo las excepciones que el Banco de España debía autorizar. Ya en noviembre de 1.992, el banco emisor había dado dos años a Conde para regularizar la situación, con saneamientos que, según se vio más tarde, no reflejaban la auténtica realidad.
¿Fue incapaz el Banco de España, y más tarde la CNMV, de detectar la situación?
Los datos recogidos fueron aportados por Banesto. La inspección estaba en el mes de mayo de 195,3 en los comienzos de una nueva fase de profundización. En todo caso, la ampliación, con la información disponible, mejoraba la situación de recursos propios de Banesto. Los trabajos de los inspectores sobre los créditos para determinar los niveles de morosidad eran muy lentos porque debieron hacerse, en gran parte, de manera manual. Después del 28 de diciembre de 1993 se pudo confirmar que Banesto maquillaba conscientemente la situación ya que se obtenía la información sobre los créditos dudosos pero una comisión especial determinaba cuáles debían contabilizarse como tales, eliminando el carácter automático.
Al momento, de aprobar la ampliación de 1993, el banco emisor no contaba, pues, con una información fundada y completa sobre la cifra de saneamientos real, lo que le llevó a aprobar el citado incremento de recursos propios en los términos planteados por los administradores de Banesto. La CNMV, por su parte, no tiene entre sus cometidos verificar que cada información que se le proporciona es correcta.
Aún así, ¿no fue tardía la intervención?
Sin los datos del problema hay una cosa segura: era imposible adoptar una decisión razonable. Por otra parte, aquellos que han criticado la intervención en diciembre de 1993 seguramente la hubiesen atacado con mayor vigor si hubiese tenido lugar un año antes.
¿Qué papel tuvieron las causas políticas y cuál fue la actitud de Felipe González?
Conde invirtió con dinero de Banesto unos 70.000 millones de pesetas en medios de comunicación, poseía una relación bastante fluida con Felipe González, sobre todo a partir de la primavera de 1993, y sus visitas y entrevistas con el rey Juan (Carlos eran cada vez más frecuentes desde el último trimestre de 1992. Todo esto era conocido en el Banco de España y en el Ministerio de Economía y Hacienda. Era frecuente que Conde utilizara en sus contactos la técnica que en inglés se llama name's dropper; es decir, dejaba caer nombres importantes ara impresionar a los funcionarios, creando un clima de relativo blindaje.
Felipe González fue informado por el vicepresidente Narcís Serra sobre las conclusiones provisionales del Banco de España y éste las recibió del ministro Pedro Solbes. En el mes de noviembre, el día, 11, González había recibido a Mario Conde y éste le solicitó ayuda para resolver los problemas creados con el Banco Totta & Açores en Portugal, donde Banesto poseía una participación superior al 50%, con un 25% en manos de fiduciarios socios del abogado Mariano Gómez de Liaño. González, que tenía previsto reunirse con su homólogo Aníbal Cavaco Silva, necesitaba conocer la situación de Banesto para saber hasta qué punto apoyar a Conde. En la semana del 20 de diciembre, González analizó en dos oportunidades la situación de Banesto.
La intervención, ¿fue una conspiración Aznar-González para terminar con un rival potencial?
La primera vez que José María Aznar, presidente del Partido Popular, y González hablaron sobre Conde fue el 28 de diciembre de 1993. Con bastante antelación, ambos habían acordado cenar en La Moncloa el día de los Santos Inocentes para analizar la situación política española y lo temas pendientes en varias áreas institucionales. González explicó durante una hora a Aznar la situación a partir de la información del Banco de España.
González recibió a Mario Conde en La Moncloa en el mes de mayo de 1994, ¿hubo algún pacto entre ambos?
El presidente accedió a recibir a Conde después que éste solicitara por varios conductos una entrevista. La versión más autorizada es que el Rey, al que Conde pidió ver sin éxito, a través de Fernando Almansa, jefe de la Casa Real, trasladó a Felipe González que quizá fuera bueno escuchar al ex presidente de Banesto. Según información solvente, Conde y González hablaron acerca de la intervención, el expediente sancionador que había abierto el Banco de España (acusación de presuntos actos fraudulentos) y otros problemas del país, entre ellos acerca del libro que próximamente se aprestaba a publicar Conde, El Sistema, y su impacto sobre la política española.
¿Posee Mario Conde información acumulada cuyo uso podría ayudar a profundizar la crisis política española?
La obsesión sistemática de Conde por la información y su obtención por las vías más diversas le acredita como uno de los hombres con capacidad de chantaje importante. En todo caso, subordinará su utilización, siempre encubierta y en el supuesto de que aún no haya hecho uso de ella, a la obtención de ventajas para mejorar su posición actual.
¿Es verdad que el gobernador Luis Ángel Rojo dijo que no había responsabilidades penales en Banesto?
He aquí lo que dijo Rojo el 30 de diciembre de 1993 en el Congreso: "De acuerdo con la documentación disponible en estos momentos en la inspección no existe fundamento para señalar responsabilidades distintas de las puramente mercantiles". Por tanto, su explicación es prudente. En el momento de la intervención no existían acusaciones concretas contra Mario Conde más allá de las lógicas sospechas a partir de operaciones de difícil comprensión que nunca Banesto logró explicar con coherencia a la inspección.
¿Por qué si Banesto estaba en quiebra técnica en diciembre de 1993, sus acciones al volver a cotizar lo hicieron a precios superiores a 800 pesetas y el Banco Santander pagó 762 pesetas por acción?
La clave está en el plan de saneamiento y la inyección de nuevos recursos. Los agentes del mercado calcularon la rentabilidad que esos recursos supondrían y añadieron dicha estimación al valor teórico contable de la acción. El Banco Santander, tras la ampliación de capital de 180.000 millones de pesetas, compraba una entidad claramente saneada, diferente a aquella que dejó Mario Conde el 28 de diciembre de 1993.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.