A favor del viento

No sólo de noise vive el público de la música en directo. Por esta semana ha pasado un torrente de bandas nacionales que han dejado un sabor a souI, a funk, a rock, con muy buenas, algunas logradas, intenciones.Morgana es una nueva formación que tiene su mirada claramente dirigida hacia el variopinto y rico universo musical de unos ochenta revisados ahora con lupa por algunos.

Con esta pauta aparece Morgana, haciendo equilibrios sobre la esencia siniestra de Parálisis Permanente o la cáustica frivolidad de Alaska en sus diferentes apariciones; un dúo que se acompañaba de teclado, batería, guitarra y una voz solista que, sin destacar y aun cantando con patente mediocridad, ayuda a lograr un conjunto especialista en canciones pegadizas de ritmos frescos que bien podría constituir un punto destacado en la saturada tangente de la canción pop ligera.

Por su parte, los veteranos Cool Jerks, sin duda la banda de soul nacional por excelencia, atributo ganado a pulso, se presenté en la sala Revólver de la mano de Juan de Pablos, que los introdujo a la audiencia como su grupo preferido. Acto seguido, desde el primer tema hasta llegar al último, pasando por dos horas de concierto, quedó claro que su atrevimiento con el soul es producto de una pasión profesionalizada que les capacitó para dar un repaso muy trabajado y exuberante sobre su discografía.

Por supuesto, no apareció Percy Sledge, tan esperado por un rumor del que Miguel Ángel Julián, líder y voz de la banda, dejó bien claro ser ajeno. Pero no hizo falta que viniera nadie para dar interés a su concierto: los Cool Jerks han llegado a la altura necesaria para, por sí mismos ofrecer una alternativa musical. Con ellos el viento, saxo y trompeta, aparece sobre nuestros escenarios con una calidad brillante, y el resto de los Cool Jerks tocan sobre esa red perfectamente entretejida.

La sorpresa llegó desde los escenarios de la sala Siroco con la numerosa formación Por Si Las Moscas. La diversión sin vacuidades, la entrega con la profesionalidad por delante y el movimiento de los ocho músicos, con el magnífico Richard Dudanski a la batería, hicieron posible un concierto capaz de fusionar el atractivo de la buena música con lo pegadizo de sus composiciones. Por Si Las Moscas tienen algo que decir, a través también de una sección de viento soberbia, casi tanto como su bajista y más o menos como los coros formados por dos voces femeninas que terminan de redondear la música, esos coros que se echaron tanto de menos en el concierto de los Cool Jerks.

Por Si Las Moscas son una gran banda, derrochan imaginación, sin ser originales, tienen una marcada personalidad musical y regalan la oportunidad de disfrutar de una formación abierta a la riqueza instrumental; todo un detalle.