La oposición a Berlusconi se presenta dividida al voto de censura en el Parlamento italiano
No existe una oposición a Berlusconi capaz de presentarse como tal ante el Parlamento, pero quizás haya la suficiente desbandada como para que el Gabinete pueda caer. Una nueva reunión entre el ex comunista Massimo D'Alema, secretario del Partido Democrático de la Izquierda (PDS); Rocco Butilgione, secretario del Partido Popular Italiano (PPI), y Umberto Bossi, líder de la Liga Norte, terminó ayer sin lograr una propuesta común para intentar derrocar a Berlusconi. Pese a ello, en el Gobierno se considera que esta doble moción de censura es un golpe definitivo.
La Liga y el PPI, por un lado, germen de un supuesto centro político, propondrán el lunes su moción de censura para que pueda ser votada el jueves. El PDS planteará otra diferente, lo que refleja la imposibilidad de dar vida a un acuerdo con los dos partidos antes citados.
Al menos 50 parlamentarios de la Liga rechazan una asociación con el PDS. Muchos seguidores del PPI son reacios a apoyar a la Liga, y otros se niegan a colaborar con los ex comunistas.
Berlusconi denuncia que una coalición entre la Liga, el PPI y el PDS sería la vuelta a la tortilla generada por el voto de los italianos del pasado 27 de marzo. Bossi y D'Alema la defendían como el último recurso frente al caos de ocho meses de Gobierno del ex presidente de Fininvest.
Se anuncia todavía una tercera moción de censura, presentada por Refundación Comunista, que difiere del resto porque querría que se votara inmediatamente, sin reformar la misma ley electoral que ha dado lugar al actual embrollo.
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