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Hassan II defiende en la cumbre de Casablanca la unidad y la coexistencia en el mundo islámico

"Nada divide a los musulmanes, ya que el islam ha unido los corazones". Con este mensaje de paz, unidad y coexistencia, el rey Haman II abrió ayer en Casablanca la séptima cumbre presidencial de la Organización para la Conferencia Islámica (OCI), que agrupa a 51 países musulmanes de todo el mundo, que están representados por 2.500 delegados y periodistas, entre los que se encuentran 34 jefes de Estado y siete primeros ministros.

El discurso del rey Hassan II fue, además de una llamada a la "fraternidad y a la concordia", a la "comprensión y a la cooperación", una condena al extremismo religioso. Las palabras del mensaje alauita, pidiendo unidad y fraternidad, tienen mucho más sentido cuando se sitúan en un contexto histórico y se recuerda que la última conferencia islámica, celebrada en la capital del Senegal, en diciembre de 1991, sobre los rescoldos de la guerra del Golfo, acabó como el rosario de la aurora y fue la demostración palpable de las divergencias existentes en el mundo islámico.Ahora las heridas de aquella guerra parecen cicatrizadas, por eso ayer se hablaba en Casablanca de la conferencia de la esperanza. Pero, al mismo tiempo, la reunión trata de recuperar la "imagen auténtica del islam" y "corregir una mala marca frente a Occidente", según se desprende de uno de los puntos del orden del día previstos para la sesión.

Pero ni las buenas palabras ni los mensajes de paz de Hassan II pueden esconder una realidad tan dispar y conflictiva como la del mundo islámico. Prueba de ello es la dificultad con que han avanzado los trabajos preparatorios de la reunión de la cumbre presidencial de la Organización de la Conferencia Islámica, que se ha venido precocinando durante tres días en los salones del hotel Hyatt Regency.

Estos trabajos preparatorios, a cargo de los ministros de Asuntos Exteriores de los países miembros de la OCI, se han alargado durante 24 horas como consecuencia de las disidencias surgidas sobre diferentes conflictos, reflejados en la redacción del comunicado final. Difícilmente esta cumbre de Casablanca, convertida en una especie de ONU islámica, puede resolver en dos días los antagonismos y los problemas con respecto a más de medio centenar de conflictos puntuales, aseguraban los observadores políticos.

Los miembros de la OCI han acordado apoyar y expresar toda su solidaridad a los "miembros de las Naciones Unidas que muestran su voluntad de dar a Bosnia-Herzegovina los medios de autodefensa". Pero el tema de Bosnia es una de los escasos asuntos que han logrado la unanimidad. El resto ha provocado discusiones arduas y dificiles. Pocas horas antes de abrirse la reunión de Casablanca, no se habían cerrado las divergencias sobre el conflicto Irak-Kuwait o el de Jordania-OLP sobre Jerusalen.

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