Que el Rey venga a mi casa

Pues sí, henos aquí perplejos ante el desarrollo de los acontecimientos con respecto a la visita real al sur, que no sabemos dónde meternos de la vergüenza intelectual, jurídica, constitucional y política que nos provocan algunas asociaciones de vecinos en una carrera contrarreloj hacia ninguna parte, dándose codazos y felicitándose a la vez porque ¡el Rey les visita! Años de lucha reivindicativa-política con una cultura generada que va costando que se abra paso, de tolerancia y respeto, de planteamientos mayoritariamente de izquierdas y ahora resulta que lo que va a resolver los problemas en los barrios es que el jefe del Estado vea, escuche y sienta los problemas del sur.No puede ser posible, dicen algunos por estos pagos del sur, que haya gente de izquierdas en sus cabales que centre su estrategia en convencer a sus vecinos de lo bueno que es que los visiten las altas instancias, acordándose, a lo mejor, de los efectos beneficiosos de la visita del Papa a Orcasitas y su repercusión en las remodelaciones de viviendas en la zona. ¡Será eso, quizá! Que se tiende a buscar un poder sobrenatural que resuelva las insondables dificultades para que pongan un punto de luz en la calle, una portería de fútbol, arreglen un local, cedan un piano para un concierto o subvencionen a un chaval la estancia en un centro terapéutico y consiga entusiasmarse por algo más que por los estimulantes. -¡Pues lo mismo es!

Ahora resulta que son los que hasta hace bien poco se reclamaban del saludable rojerío republicano, algunos de los que llamaban en su tiempo a la abstención o al voto negativo a la Constitución de 1978. ¿Mala conciencia? ¿Han visto la luz constitucional? Quien sabe.

¿O no? O es que hay algo detrás que anima en este tiempo de turbulencias preelectorales a necesitar de un baño de multitudes reales que comenten... ¡Mira si tiene bemoles fulanito que va al Rey y le dice que estamos muy mal, pero que muy mal, en el barrio!¡Al Rey nada menos!

Sea como fuere, los que pensamos en lo que se ha considerado hasta ahora cultura de izquierdas y que valoramos que la Constitución de 1978 fue un paso determinante. en la nueva etapa democrática de no retorno al poder, que sólo daba cuenta de sus hechos ante Dios y la historia, queremos afirmar que las soluciones a los problemas sólo, pueden venir de que cada afectado sea protagonista de susolución, aunando las voluntades necesarias y suficientes para acumular fuerzas y crear un estado de opinión favorable.

Quienes han de darles solución a los asuntos son el presidente del Gobierno, González; el presidente de la Comunidad autónoma, Leguina, y el alcalde de Madrid, Álvarez del Manzano. Lo demás es humo o ganas de pasearse colgados del Monarca, colegueando con él; y esto ni es útil ni ayuda a las soluciones; más al contrario, anima al sueño a la relajación, a dormir felices en definitiva, después de la excitación que suponga la visita real.-

Miembros de la Asamblea Cívica de Villaverde