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Un incendio durante un acto escolar en China acaba con la vida de más de 300 personas, la mayoría niños

Eran las seis de la tarde (once de la mañana, hora peninsular española) del jueves cuando el teatro de la Amistad de Karamay, en la provincia autónoma china de Xinjiang, fronteriza con Rusia, se convirtió en una pira. Dentro había más de 800 personas, 500 de ellas escolares de enseñanza primaria y media. Niños y adultos corrieron enloquecidos hacia las puertas y ventanas, pugnando por huir de la ratonera. Todas las salidas excepto una estaban cerradas. Todas las ventanas excepto una tenían barrotes de seguridad. Resultado: más de 300 muertos entre quemados, asfixiados y aplastados.

El teatro se tornó en un trágico embudo. Las primeras cifras oficiales de muertos, aún no definitivas, son escalofriantes: al menos 3 10, la mayoría de ellos niños, los más brillantes de las 15 escuelas públicas de la ciudad, seleccionados por sus méritos escolares para ese acto, celebrado, con el boato propio del régimen, ante las autoridades educativas locales. El motivo era celebrar el Día Nacional de la Juventud."Es una tragedia", repetía ayer sin cesar un oficial del sistema educativo chino en Karamay, citado por la agencia Reuter. "Más de 300 personas han muerto y otras se encuentran desaparecidas ( ... ). No sabemos el número de heridos pues aún están contando las víctimas", añadió.

En los dos principales hospitales de la ciudad -el trajín era ayer enorme. En el Hospital General de la Administración Petrolera de Xinjiang han sido ingresadas 116 personas, 67 de las cuales están, según los médicos, en estado crítico. En el Hospital del Pueblo se han recogido a 110 heridos, 11 en estado gravísimo. Hay otras 10 personas leves tratadas por choque traumático.

La labor de los equipos de rescate se desarrolló en medio del caos más absoluto. Tras apagar el incendio los bomberos, los familiares se lanzaron angustiados sobre los escombros en pos de supervivientes. Algunos se llevaron a sus muertos a casa, para velarlos en la intimidad. Las autoridades reconocen que ésta es una de las dificultades para conocer la cifra real de muertos.

El incendio del teatro de la Amistad se inició por un cortocircuito. En pocos segundos la chispa prendió en un tendido eléctrico defectuoso alcanzando desde el techo a las grandes cortinas del escenario, fabricadas en un material sintético, lo que provocó su derrumbe sobre el público. La mayoría de las víctimas eran niños de dos escuelas primarias que se hallaban sentados junto al escenario.

Éste es el segundo mayor incendio en la moderna historia de China. El más grave sucedió también en la provincia de Xinjiang cuando un cine de reciente construcción ardió en 1979 y se llevó 600 vidas.

En las dos últimas semanas, más de 544 personas han muerto en China a consecuencia del fuego. A los, al menos, 310 muertos del teatro de la Amistad hay que sumar los 234 jóvenes calcinados en una boda el pasado 27 de noviembre, cuando la sala de baile de Liaoning, en el noreste, se quemó tras el incendio de un sofá.

El boom económico chino ha generado una fiebre constructora en la que la que la calidad de los materiales y la seguridad no son prioridades, según reconoce la propia Administración. Tampoco hay educación cívica. Un ejemplo: ayer se supo que 28 personas murieron en Lengshultan, en China central, al saltar por los aires el autobús en el que viajaban. En el interior, dos campesinos transportaban clandestinamente 170 kilogramos de explosivos.

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