Chechenia espera la llegada de los rusos
Moscú prescinde de los líderes más radicales de la oposición al régimen de Dudáaiev
ENVIADA ESPECIAL Tanto para la paz como para la guerra en el Norte del Cáucaso, Rusia ha decidido prescindir de los líderes más radicales de la oposición al régimen del general Dzhojar Dudáiev, a los que apoyó el pasado 26 de noviembre en el frustrado intento de tomar Grozni, la capital de la república rebelde de Chechenia. Así parecían confirmarlo ayer dos protagonistas de aquella incursión militar: el comandante Ruslán Labazánov, ex convicto por asesinato, y Beslán Gantamírov, ex alcalde de Grozni. Tras llevar sus carros de combate hasta el centro de la misma capital chechena, Labazánov y Gantamírov tuvieron que retirarse, según ellos, por incapacidad para coordinar sus acciones y también porque los contingentes de Umar Avturjánov, el jefe del Consejo Provisional, en contra de lo previsto, no acudieron a la nocturna cita de los conjurados en contra del díscolo general Dudáiev. Algunos observadores pronostican que Moscú podría concentrar su apoyo ahora en los moderados Avturjánov y Salambek Jadzhíyev.En la aldea de Tosltói-Yurt, a unos 30 kilómetros de Grozni, Ruslán Labazánov trata de superar la amargura por la pérdida de una ciudad que creía haber conquistado. "Yo tomé Grozni. Estuve en el centro de la ciudad", exclama Labazánov mirando fijamente a su interlocutor. Este comandante de cráneo rapado lleva por lo menos siete pistolas encima -tres en cada costado y una en la mano- y no tiene ninguna intención de entregar las armas.
Tolstói-Yurt, es la aldea natal de un checheno famoso: Ruslán Jasbulátov, el ex jefe del Parlamento de Rusia. Labazánov, un maestro en artes marciales orientales, ha servido a Jasbulátov hasta hace pocos días, cuando éste, harto de la falta de éxito de autodenominada misión mediadora, recogió sus bártulos y regresó a Moscú. Labazánov había sido an-, tes el jefe de la escolta personal del general Dudáiev.
Amistades y odios
Amistades y odios son volubles en esta zona del Cáucaso, donde las ansias de poder personal se superponen a un tejido social de clanes, enfrentados secularmente. Labazánov cree que Dudáiev es un "provocador", culpable del derramamiento de sangre checheno, y que Jasbulátov no tiene posibilidades de influir en la situación bélica.
El ex convicto desconfía enormemente de Rusia y asegura que Moscú organizará hoy una incursión militar en Chechenia. "Mañana [por hoy] entrarán las tropas rusas. Es el fin", afirma. "Rusia decide por sí misma lo que quiere. Estoy informado. Yo no soy partidario de llevar las tropas".
Labazánov no cree en las conversaciones de paz, que, según fuentes prorrusas, comenzarán el lunes en Viadikavkaz, reuniendo a los representantes de Moscú con los de Dudáiev y los rivales de este. "Hay Seis cercos alrededor de Chechenia y entrarán tropas de todas partes. Se han movilizado 55.1000 hombres, lo que es Suficiente para todo el Cáucaso del Norte". Rusia ha ordenado a los contendientes chechenos que entreguen las armas, pero Labazánov no tiene intención de hacerlo. "Rusia nunca me dio armas. Las he comprado yo mismo. Son mías y la guerra de hoy es mi guerra", exclama. Mientras conversamos en una casa de Tolstói-Yurt vigilada por tres carros blindados 31 una variopinta escolta aficionada a jugar con sus armas, un avión militar ruso cruza el cielo en dirección a Grozni. [El presidente Borís Yeltsin ordenó ayer al Gobierno ruso que "utilice todos los medios estatales disponibles" para desarmar a los rebeldes de Chechenia, informa la agencia Reuter. Por su Parte, el jefe del Comité de Defensa del Parlamento, Serguéi Yushenkov, amenazó a Yeltsin con una hipotética votación de destitución si recurre a la fuerza en la república caucásica.]
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