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El menú de la guerra

Una empresa de Alicante prepara el rancho que comen los ejércitos de varios países

La carne de cañón también come. Hoy, en algún punto de la masacrada Bosnia, el contingente español de cascos azules recibirá un paquete color caqui, de medio kilo, con una carátula en la que se lee: "Ejército de Tierra. Ración individual de campaña. Comida A, menú número 3". Es el rancho del día, calculado para alcanzar las 3.000 calorías diarias que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).El contenido de un día cualquiera: un sobre de caldo concentrado de cuatro gramos, una lata de cocido madrileño de 300, lata de atún claro en aceite y dos tarrinas de crema de melocotón. Junto a la comida, y colocado en una caja aprovechada al máximo, destacan los complementos: dos pastillas depuradoras de agua, dos de combustible sólido, cerillas, un hornillo de campaña, 10 hojas de papel higiénico, abrelatas y bolsa de plástico.

La empresa de Alicante Jomipsa está especializada en suministrar alimento a grandes colectivos en circunstancias atípicas. José Miguel Pascual de Bonanza es el gerente de la empresa, cuyos resultados hacen honor al apellido. El secreto del éxito radica en la perfecta conservación de los alimentos, durante dos años, a temperatura ambiente. En las situaciones climatológicas más adversas es posible comer de acuerdo a los gustos de cada colectivo.

Hoy, en Bosnia, toca cocido madrileño, pero podían ser callos, guiso de bacalao, ternera, fiambre de magro, potaje de garbanzos, fabada o cualquiera de los 25 platos del menú del Ejército español. Desde un polígono industrial de San Juan (Alicante) salen a diario miles de estos ranchos de campaña para las tropas española, colombiana, egipcia, argelina, griega, de Costa de Marfil o de otros muchos países.

Por la parte civil, ya ha suministrado a comunidades autónomas (con lotes destinados a brigadas de incendios, protección civil o población afectada por catástrofes), y triunfó en los Juegos Olímpicos de Barcelona (20.000 menús diarios para el voluntariado) y entre los peregrinos del Año Xacobeo. Son clientes también diferentes ONG, la policía (comida para los detenidos) o los bomberos de la Comunidad de Madrid.

Este año, Jomipsa ha conseguido su producto estrella: un pan que se mantiene fresco durante dos años. Una combinación especial de harinas, cocción adecuada y proceso mecanizado de empaquetado al vacío han conseguido el milagro. Los cascos azules de Bosnia han sido los primeros en probarlo.

Adaptarse a los gustos de cada cultura tiene su historia. El Ejército angoleño, por ejemplo, quiere comidas picantes, y agradece unas buenas judías con chorizo. El menú colombiano fue difícil: sudado de papa con carne baviera. "Nos acoplamos a todos los platos susceptibles de ser esterilizados para mejorar la solución alimentaria reclamada", apunta Pascual de Bonanza. Se resisten, sin embargo, los kurdos y los musulmanes bosnios, recelosos y reacios a las conservas.

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