A la espera de la 'fumata' blanca
Santiago Cid lucía ayer su engalanado uniforme azul y oro con tanta jactancia como su recién estrenado cargo de presidente del SEPLA (Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas). El comandante, recién llegado de Moscú, aguardó con marcial compostura a la intemperie bajo la fachada del edificio de Iberia, a que los dirigentes de su sindicato en la compañía dieran el sí, el no o el depende al preacuerdo suscrito ya por el resto de los sindicatos. Santiago Cid -"nombre y apellido de batallador"- obtuvo en las elecciones sindicales celebradas entre los pasados días 21 y 24 de noviembre, el apoyo de casi el 75% de los pilotos españoles. Con 36 años volando, ocho en la aviación militar y 28 en la compañía Iberia, Cid aseguró en su campaña que la unión de todos los pilotos y la anulación del paro del sector serían los logros de su mandato. Este jesuita asegura que los 400 pilotos en paro, los 2.000 más que quieren obtener la licencia serían absorbibles por la aviación española si se impidieran medidas como las que Iberia quiere adoptar.
Por eso permanecía -junto a su vicepresidente, Pedro González Pozuelo, y otros cuatro pilotos- en la calle "luchando a pesar del frío para que estos señores no nos apliquen un recorte de plantilla y para apoyar moralmente a nuestros dirigentes sindicales".
