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La pintura española vuelve a la galería del Prado

Los Reyes recorren hoy en el museo los cien metros más intensos del arte

La pintura española de los grandes maestros del Siglo de Oro vuelve a ocupar la galería central del Museo del Prado. Situada en la planta principal del edificio Villanueva, representa en una longitud de unos cien metros el gran escaparate de las colecciones, con una selección de cuadros de Velázquez, Goya, Ribera, Zurbarán y Murillo. Los Reyes asistirán hoy a la reapertura y nueva instalación de unas 150 pinturas, con un especial emplazamiento de Las Lanzas, de Velázquez, dentro de los actos conmemorativos del 175º aniversario de la fundación del Prado.

"Es un reto para el Prado". La dirección y conservadores del museo ven en la galería central la síntesis histórica y artística de los fondos, que se remonta a la misma apertura del edificio como Museo Real de Pinturas, en noviembre de 1819, con 311 pinturas distribuidas en dos salones principales y un tercero que iniciaba el eje principal. A lo largo del siglo XIX se cuelgan obras de escuelas española, italiana, flamenca y holandesa, hasta que en 1912, con la creación del patronato, se decide la exhibición exclusiva de pintura española, aunque varían los criterios de los montajes.La galería central, desde la puerta de Goya hasta la de Murillo, se cierra parcialmente a partir de 1976 por las obras de acondicionamiento del museo y desde entonces no se exhibe pintura española. En los últimos años ha tenido constante movimiento, con pintura del XVIII, las antológicas de Valdés Leal y Ribera, una selección de los fondos poco conocidos y una muestra de pintura europea con motivo de la capitalidad cultural de Madrid en 1992.

Entre el Carlos V de Leoni y el Carlos IV de Goya, la bóveda del Prado ilumina el Siglo de Oro de la pintura española. La galería central incluye las salas 1 y 24 a 29. El recorrido se inicia en la rotonda central, presidida por la escultura de Carlos V, con cuadros de batallas que decoraron el Salón de Reinos del desaparecido palacio del Buen Retiro, con grandes telas de Vicente Carducho, Zurbarán y Jusepe Leonardo.

Diez cuadros de Zurbarán inician el tenebrismo, entre ellos Santa Casilda y Milagro de San Pedro Nolasco, que continúa con Ribalta y Ribera (Magdalena, Santa Tais en el desierto, Martirio de San Felipe, Sueño de Jacob, Arquímedes). Otros símbolos de la pintura española en las siguientes salas, con Antonio de Pereda (Socorro a Génova), Maino (Toma de Bahía), Fray Juan Rizi, Herrera, el Viejo y Van der Hamen.

El tramo central, frente a la gran sala de Velázquez, está dominado por La rendición de Breda o Las Lanzas, junto a los retratos ecuestres de Felipe III y Margarita de Austria. n la segunda parte se han situado Murillo (Inmaculadas, San Juanito y el Buen Pastor, Rebecca y Eliezer), la complicidad con la sala dedicada al último barroco madrileño (Alonso Cano, Carreño, Claudio Coello, Mateo Cerezo) y Francisco de Goya, con obra religiosa y retratos anteriores a 1800 (Familia de los duques de Osuna), para volcarse a la sala ochavada con la Familia de Carlos IV.

El nuevo montaje, junto con las esculturas clásicas dispersas por la galería, pretende rescatar la tradición de colgar pintura española, con algunas novedades, dar coherencia a la colección, jugar con la visión, conjunta de cuadros y "no cometer errores", según la dirección.

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