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2.500 melómanos se quedan sin abonos de ópera por escribir a mano las solicitudes

El sorteo con el método alfabético injusto levantó la protesta de los excluidos

Vicente G. Olaya

Lograr uno de los 3.783 abonos de la temporada de ópera que ayer se sortearon en el teatro de la Zarzuela requiere, además de suerte, una máquina de escribir. Más de 2.500 aficionados, de los 12.000 inscritos, vieron sus solicitudes rechazadas por estar escritas a mano. En las bases del sorteo se justificaba la medida por razones informáticas. Los excluidos, cuyos nombres fueron expuestos públicamente en un listado, responden: "O sea, los ordenadores leen nuestros datos para rechazarnos, pero no para dejarnos participar". Algunos protestaron ante el notario.

El sorteo empezó a las doce del mediodía con la presencia de un notario y unos 60 asistentes. "Un momento, este sorteo es ilegal. No todos contamos con las mismas posibilidades. Yo jamás podré sacar el primer número [lo que le daría opción a elegir las mejores localidades]. Me llamo Ángel Sandín. ¿Quiere que le explique por qué?". El notario negó con la cabeza.Sandín se refería al particular sistema con que se sortean desde hace cinco años los abonos (véase EL PAÍS del 25-11-93): se introducen en una bolsa las 26 letras del abecedario (excluidas la che y la elle. La uve doble, sin embargo, sí entra). Una mano inocente saca dos letras al azar. Ayer se extrajeron la uve y la y griega. Esta combinación (vy) teóricamente corresponde a las dos primeras letras del apellido del aficionado a partir de cual se repartirán los abonos. Como no existe ningún apellido con esas dos primeras letras, se pasó a la siguiente combinación (vz). Al no haberse inscrito tampoco nadie con un apellido así, se opta por la siguiente combinación (wa). En este caso, el agraciado fue una persona apellidada Waldan Auseguil. A partir de él se distribuyeron los 3.78.3 abonos. Por ellos se pagarán entre 15.000 y las 381.000 pesetas, según su situación en el teatro y el número de localidades (los palcos admiten seis personas).

Chapuza e ilegalidad

Ángel Sandín intentaba explicar al notario que en el mejor de los casos para él (extraer la combinación sa) su solicitud nunca sería la primera. "Siempre estarán por delante los Sánchez, por ejemplo. Esto es una chapuza y una ilegalidad".

Al tiempo, otro asistente empezó a gritar. "¡Qué suspendan el sorteo! Hay más de 2.000 personas que no han podido participar", clamaba Jaime Balaguer. Esta persona contó su caso: "Yo no tengo máquina de escribir. Por eso, llamé al teatro para preguntar si podía rellenar mi solicitud a mano. Me indicaron que no había problema si mi letra era clara. Ahora no me dejan participar".

Armando García Muiño, otro aficionado, aprovechó también para relatar su experiencia: "Lo mío fue peor, porque rellené todos los datos a máquina excepto los cuadritos pequeños donde sólo había que colocar una equis. [En esta parte de la solicitud se señala qué zona del teatro se prefiere]. Como no veo bien y era difícil acertar con la máquina de escribir en un cuadrito tan pequeño, los taché con bolígrafo. No han aceptado ninguna de mis solicitudes [seis] por estar escrita con lápiz. ¡Pero si la declaración de la renta la hago a mano y es más importante!".

Angel Barreda, responsable de comunicación del teatro, comentó ayer: "Las bases eran claras: no se aceptará ninguna solicitud escrita con bolígrafo". Barreda explica que se ha tomado esa medida "para evitar errores a la hora de transcribir los datos al ordenador". Preguntado sobre el caso de la persona que había rellenado toda la solicitud con máquina de escribír, excepto los cuadritos, Barreda se limitó a contestar: "Sin comentarios".

Antonia López, aficionada, mostró ayer su extrañeza por estas explicaciones: "O sea, que nos rechazan porque los ordenadores no pueden leer algo escrito con bolígrafo, pero al tiempo los ordenadores elaboran una lista con todos los excluidos. No entiendo nada".

Los asistentes se quejaron también del poco tiempo para reclamar. Las listas de admitidos y rechazados fueron expuestas sólo dos días (25 y 26 de noviembre)."El día 26 era sábado y las oficinas estaban cerradas. Sólo había una empleada que te indicaba que habías sido excluido por rellenar tus datos con bolígrafo. No te daban más explicaciones".

Los responsables del teatro desconocían ayer cuánta gente se acercó a protestar. Algunas personas preguntaron ayer dónde podían dirigirse para impugnar el sorteo. Ningún responsable del teatro supo darles explicaciones.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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