Arturo Rivera, arzobispo de San Salvador
Arturo Rivera Damas, arzobispo de San Salvador, murió en la madrugada del sábado (véase EL PAÍS de 27 de noviembre) a consecuencia de un paro cardiaco. El prelado, de 71 años de edad, será recordado por su defensa incansable de los derechos humanos y por su colaboración en el complicado proceso de paz salvadoreño que puso fin a una guerra de 12 años que dejó más de 75.000 muertos.Ordenado sacerdote en 1953, Rivera Damas estudió un doctorado en Derecho Canónico en Turín (Italia) y en 1960 fue nombrado obispo. Desde este cargo trabajó en la archidiócesis de San Salvador con monseñor Luis Chávez y junto a Óscar Arnulfo Romero hasta que éste fue asesinado, en marzo de 1980, cuando oficiaba misa en la capilla del hospital de la Divina Providencia. Este crimen marcó la trayectoria de Rivera Damas, que trató de tomar el relevo del arzobispo Romero.
El papa Juan Pablo II le nombró arzobispo de San Salvador en 1983, y al año siguiente comienza su mediación entre el Gobierne, y la guerrilla del frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), instando siempre a ambas partes al respeto de los derechos humanos de los civiles en un país en el que los escuadrones de la muerte tuvieron un paraíso durante años.
Continuador de la misión de Romero, comentaba todos los domingos desde el púlpito los acontecimientos políticos y sociales más importantes de la semana, y denunciaba sin vacilar las frecuentes violaciones de los derechos humanos. Esta actitud le ocasionó ciertos roces con los Gobiernos salvadoreños de turno, lo que no le impidió insistir en sus oficios de mediador en el conflicto salvadoreño.
Rivera Damas promovió el primer diálogo entre el Gobierno y la guerrilla del FMLN en 1984 cuando era presidente de El Salvador el democristiano Napoleón Duarte, y continuó las conversaciones durante años, hasta que la Iglesia cedió el relevo en la negociación a la Organización de las Naciones Unidas después del asesinato de seis sacerdotes jesuitas en la Universidad Centroamericana de San Salvador.
No obstante, Rivera Damas prosiguió con su labor de denuncia de las violaciones de los derechos humanos y sus críticas al Gobierno. El pasado mes de abril pidió a sus feligreses en una homilía que no votaran en favor de los que "idolatran a los asesinos de monseñor Romero", en clara alusión al fundador de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena), Roberto d'Aubuisson.
Miles de fieles velaban el cadáver del arzobispo, que estará expuesto durante tres días en la basílica del Sagrado Corazón de la capital salvadoreña, donde el prelado solía celebrar sus misas dominicales.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.