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La resistencia de las autonomías a ceder poder amenaza el pacto municipal

Luis R. Aizpeolea

Concebido como principal reclamo electoral para el PSOE, el pacto municipal arriesga con quedarse en papel mojado. Su debate, hoy, en la Comisión Ejecutiva Federal socialista viene precedido de una cadena de discusiones internas, que disfraza una profunda lucha de poder a poder. Los presidentes de comunidades socialistas, encabezados por el valenciano Joan Lerma, se oponen a su materialización frente a los alcaldes socialistas, liderados por los de Barcelona y La Coruña, Pascual Maragall y Francisco Vázquez, respectivamente.

El vicepresidente Narcís Serra tampoco está entusiasmado con el proyecto de que las comunidades, cedan responsabilidad a los municipios. Las presiones de presidentes autonómicos y de los aliados nacionalistas del PSOE, especialmente de Jordi Pujol, pesan en el ánimo del vicepresidente.No obstante, es posible que la Ejecutiva Federal del PSOE dé hoy el visto bueno al texto del pacto, pero sin ninguna garantía de que se vaya a aplicar desde las comunidades autónomas por el fuego cruzado de intereses. En la Ejecutiva se sentarán hoy algunos de los protagonistas de la pugna: Narcís Serra; el ministro para las Administraciones Públicas, Jerónimo Saavedra; los presidentes valenciano y castellano-manchego, Joan Lerma y José Bono, y el secretario de Política Institucional, Txiki Benegas. Faltan los representantes municipales. Ni Maragall ni Vázquez son dirigentes del partido.

El pacto municipal, tal y como recoge el documento que hoy se debate, supone una doble descentralización: del Gobierno y de las comunidades autónomas a los ayuntamientos. El Ejecutivo concede a los alcaldes inéditas e importantes responsabilidades en materia policial -con atribuciones de policía judicial a escala local-, de justicia -con los juzgados de barrio-, de tráfico e impuestos y de comunicación, con la televisión local. El urbanismo y los servicios sociales y culturales son el nudo gordiano de las competencias que cederán las comunidades a los ayuntamientos.

Lucha de poder

La pretensión del pacto es equilibrar la correlación de poder entre Gobierno, comunidades y ayuntamientos, a favor de estos últimos. Con el cumplimiento del acuerdo no sólo aumentan las funciones de los alcaldes, sino que su autoridad quedará muy reforzada.Las competencias que reciben los alcaldes tienen un profundo arraigo en la calle por el reforzamiento de la seguridad ciudadana y la agilización de la justicia. Para otros, como el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y alcalde de La Coruña, Francisco Vázquez, el pacto supone el cierre del modelo autonómico, una filosofía en lo que no concuerda con Saavedra y Serra.

La lucha es de poder a poder. Los presidentes autonómicos temen que el aumento de competencias de los alcaldes complique el asentamiento político de las comunidades, sobre todo en las que los municipios son muy grandes. En el caso de la Comunidad de Madrid, por ejemplo, la cesión de competencias -como urbanismo- a la capital dejaría vacía de poder a aquélla, lo que explica las reticencias de su presidente, Joaquín Leguina.

Pero ha sido Lerma el que ha dado la principal batalla contra la cesión de competencias en las tres sesiones de la comisión cuatripartita -Gobierno, comunidades, municipios, partido- que ha preparado el documento que hoy debate la dirección del PSOE. Enfrente ha tenido a Francisco Vázquez y a Pascual Maragall, que han ejercido el liderazgo de los intereses municipales. El alcalde de Barcelona ha jugado tan fuerte que ha tratado, por ejemplo, de conseguir, sin éxito, que los ayuntamientos tengan capacidad para recurrir ante el Tribunal Constitucional.

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