La auditoría de Urbas revela compras dudosas y deudas fiscales por 6.019 millones de pesetas
Los auditores de Urbas, sociedad presidida por Ramón Fiter, han puesto en cuestión, en un informe complementario remitido recientemente a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), diversas operaciones de compra y venta de activos, que implicarían pérdidas superiores a los 1.700 millones de pesetas para 1993. Las salvedades suman en conjunto 6.019 millones de pesetas. Fiter adquirió su participación oficial del 24,9% en la inmobiliaria gracias a que Javier de la Rosa le facilitó 2.000 millones de pesetas de Grand Tibidabo, en una operación que diseñaron miembros del despacho del abogado Joan Piqué Vidal.Tras su entrada, Fiter ha imitado al frente de Urbas el modelo de gestión empleado por De la Rosa al frente de Grand Tibidabo: montañas de deudas del accionista principal con la sociedad y cancelación de las mismas mediante el traspaso de activos.
Los administradores de Urbas están bajo la lupa escrutadora de la CNMV, que ya ha propuesto una sanción de 20 millones contra Fiter. Asimismo, la CNMV ha exigido diversas informaciones a la sociedad sin que, en la mayoría de los casos se haya recibido contestación. Las cuentas de 1993 están firmadas por Ramón Fiter, Joan Piqué, Ernesto Segura, José Ramón Fiter y José Prior.
Ramón Fiter, entró en el consejo de Urbas en mayo de 1992, acompañado de su abogado, Piqué Vidal, y de otros empresario como Miguel Castellví y su hijo. En el consejo de Grand Tibidabo, esta sociedad nombró a Joan Segarra y Piqué como consejeros responsables de velar por el buen funcionamiento de su inversión, según fuentes próximas a ese consejo. A finales de 1992, las pérdidas de Urbas, una sociedad atenazada por las deudas y la crisis del sector inmobiliario, alcanzaron los 3.000 millones.
Beneficios no reconocidos
En 1993, las cuentas de la sociedad, firmadas por Fiter, Piqué, Ernesto Segura de Luna y José Prior Cierco, declaraban beneficios de 280 millones de pesetas. Los auditores, sin embargo, no aceptaron esos datos, a pesar de que la sociedad obtuvo 5.859 millones con la venta de su división de aparcamientos, y creen que la sociedad no reconoce pérdidas de 1.735 millones.Para empezar, Urbas adquirió en 1993 propiedades a una sociedad del propio Fiter, Promociones Residenciales Iberia (PRI), por 3.455 millones de pesetas, "si bien no se dispone de una valoración pericial", según los auditores. Al tiempo, señalaron que el principal activo adquirido "tenía un valor de coste según el balance de PRI que asciende a 645 millones". Es decir, los auditores no se explicaban por qué se compraba por 3.455 millones algo que tenía un coste teórico de 645 millones.
¿Cómo pagó Urbas tan promotedora inversión? Cancelando la deuda que su principal accionista, Fitinvest, sociedad de Fiter, tenía contraída con la propia Urbas, por importe de 2.736 millones de pesetas. Es decir, entre mayo de 1992, fecha de entrada de Fitinvest en Urbas, hasta diciembre de 1993, Fiter había retirado de la sociedad 2.700 millones. Con la operación, Urbas se apuntó beneficios de 718 millones de pesetas, no reconocidos por el auditor.
En cuanto a las deudas con Hacienda, el informe firmado en septiembre pasado señala que éstas "ascienden al 30 de junio de 1994 a 1.609 millones de pesetas". Urbas ha realizado diversas peticiones de aplazamiento de pago que han sido denegadas en todos los casos.
Un aspecto llamativo del informe de auditoría, es el referido a la contabilidad de la sociedad. Al referirse a los libros oficiales, tanto el diario, como el libro de balances, el informe recoge que "el Registro Mercantil hace constar que fue presentado para su legalización fuera del plazo legalmente establecido". Respecto a las actas del consejo, "esta auditoría ha podido examinar diversas actas del consejo de administración posteriores a la última transcrita (correspondiente al 31 de diciembre de 1993) extendidas en papel de la Mutualidad General de Previsión Social de la Abogacía", tipo de hoja de uso común en despachos de abogados.
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