Juzgados en Barcelona dos médicos y una mujer por un delito de aborto
El 17 de agosto de 1990, Montserrat Mas acudió al centro médico Aragón de Barcelona, donde se le practicó un aborto. Ayer, Montserrat y los dos médicos regentes del citado centro se sentaron en el banquillo de la Audiencia de Barcelona para enfrentarse a la acusación por un delito de aborto tras la denuncia presentada por el marido de la mujer. La fiscal solicita dos años de prisión y siete de inhabilitación para los médicos y seis meses de prisión para Montserrat.
Ésta es sólo la punta del iceberg de una truculenta historia de venganzas entre dos cónyuges con importantes problemas matrimoniales. Juan Franco Acosta, policía nacional -suspendido de empleo y sueldo según fuentes judiciales-, denunció a su mujer por haber abortado. Sobre él pesa una acusación de supuesta agresión a su mujer.Mas se quedó embarazada a pesar de llevar el dispositivo intrauterino (DIU). El ginecólogo de la seguridad social que le extrajo el DIU le recomendó visitar el Centro Médico Aragón en el caso de que su situación empeorara y se acercara al aborto. Este centro está acreditado para la práctica legal de la interrupcion voluntaria del embarazo.
Mas declaró ayer al juez que se personó en el centro porque se encontraba muy mal. A los problemas físicos derivados de su estado, se le añadían problemas psíquicos provocados por la aguda crisis matrimonial que atravesaba. Allí fue atendida por los médicos Guerrit Jan Bosma, de nacionalidad holandesa, y Rolin Julio Robles, peruano; ambos habilitados únicamente para ejercer como generalistas. Guerrit Jan Bosma la entrevistó y Robles le practicó el aborto.
Las versiones que dieron los médicos durante la instrucción del caso y las que se oyeron ayer durante la vista oral difieren. Ambos sostuvieron ayer que se limitaron a facilitar la resolución de un aborto natural. Los dos coincidieron al afirmar que cuando Mas llegó a la clínica ya había sufrido importantes pérdidas y en su momento consideraron que el aborto natural era irreversible.
Sin embargo, en las declaraciones que efectuaron durante la instrucción del caso, diez meses después de que ocurrieran los hechos, ambos médicos sostuvieron que accedieron a practicar el aborto por el grave riesgo físico y, sobre todo, psíquico -detectaron un cuadro depresivo a pesar de no ser psiquiatras- que corría la mujer. Pero, en aquella ocasión, no hablaron en ningún momento de la inminencia de un aborto natural.
Montserrat Mas declaró ayer haber accedido ala práctica del aborto tras escuchar el diagnóstico de las médicos según el cual la pérdida del feto ya era irreversible. Insitió en que no se dirigió al centro con la intención inicial de abortar. Esta no es la única causa que el ginecólogo holandes Gerrit Jan Possma tiene con la justicia española ya que se enfrenta a otra pena de dos años de prisión por practicar un aborto a una mujer guatemalteca.
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