Final feliz de dos secuestros aéreos en Rusia y Tayikistán por parte de un minero y un militar

Dos episodios de piratería aérea, que acabaron sin víctimas y con la rendición de los protagonistas, ocurrieron ayer en Rusia y en la república asiática: de Tayikistán dentro del clima de secuestros de aviones que vienen produciéndose últimamente en territorio de la antigua Unión Soviética.El primero de ellos lo protagonizó un hombre de 36 años, un minero de origen ucranio, que secuestró un avión comercial Tupolev 134, con 61 pasajeros y siete miembros de tripulación a bordo, en ruta entre la ciudad norteña de Syktyvkar, San Petersburgo y Minsk, la capital de Bielorrusia. El secuestrador, provisto de una carga de explosivos que amenazaba estallar si no se le permitía dirigirse hacia Suecia o Dinamarca, desistió de su empeño horas después de que el avión tomara tierra para repostar en el aeropuerto de Tallin, la capital de Estonia.

El segundo episodio fue obra de un teniente coronel del Ejército de Tayikistán, quien en la madrugada del jueves trató de desviar a punta de pistola hacia Irán un avión comercial en vuelo Dushanbé-Stravopol Moscú poco después del despegue. El militar, que se encontraba ebrio, pudo ser desarmado poco después por un policía que viajaba a bordo.