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La Liga Norte rechaza la petición de confianza solicitada por Berlusconi

Silvio Berlusconi anunció ayer que pondrá a prueba su Gobierno el próximo martes, y ha convocado para ese día un Consejo de Ministros especial en el que pedirá una confianza renovada de sus aliados para recomponer las tensiones internas, exorbitadas tras el anuncio oficial de que los jueces investigan presuntos actos corruptos del primer ministro. La Liga Norte, de cuyo apoyo depende el Gabinete, ha dicho que no participará en dicho Consejo. Pero ello no implica la caída inmediata del Gobierno.

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La noticia de que Berlusconi piensa vender sus empresas ha encontrado, por otra parte, el más profundo escepticismo. Sus tácticas para superar la situación crítica en que se encuentra no logran los objetivos. El examen inmediato de si la mayoría parlamentaria sigue existiendo pretendía poner contra la pared a la Liga, que había anunciado hace ya tiempo su intención de hacer la misma prueba en enero, una vez aprobados los presupuestos, con Ja previsible intención de cambiar al primer ministro o incluso la coalición gobernante.La intención de Berlusconi era forzar ahora la mano de modo que, si le negara la confianza, la Liga apareciera como responsable de que Italia se quedara sin Gobierno y sin presupuestos. Pero no es tan fácil meter en ese brete al líder liguista, Umberto Bossi, que el pasado miércoles por la noche ya declaró: "La confianza inmediata no nos interesa. Que se la den ellos, como hace todas las noches. No comprobaremos la mayoría hasta que estén aprobados los presupuestos".

Cuando habla de "ellos", Bossi alude a la ultraderechista Alianza Nacional (AN) y al Centro Cristiano Democrático (CCD), los únicos con los que Berlusconi consulta habitualmente sus decisiones y con los que ha decidido también esta verificación inmediata de la mayoría. Gianfranco Fini, el líder de AN, es consciente de que, si cae Berlusconi y Forza Italia, su propio futuro quedaría amenazado, ya que su partido no encontraría nuevos aliados entre las fuerzas del Parlamento. De ahí que apoye ciegamente a Berlusconi. Pero Bossi añade: "Si piden la confianza en el Parlamento, desde luego que se la daremos". No precisa si se la seguirá dando en enero.

Dadas las circunstancias, lo más probable es que la respuesta a esta última cuestión sea negativa. Clemente Mastella, ministro de Trabajo del CCD, afirmó ayer que es un hecho que la mayoría ya no existe. El propio Berlusconi ha tildado de "Judas" a Bossi, aunque sin citarle por su nombre. Más aún en el centro de las iras del primer ministro debe encontrarse el ministro del Interior, Roberto Maroni, el hombre razonable de la Liga. Berlusconi confiaba, seguramente, en poder contar con él para prescindir un día del incómodo Bossi. Pero desde que Berlusconi recibió la citación de los jueces de Milán, Maroni parece haber entendido que queda poco por hacer y se ha alejado del primer ministro.

La 'bestia negra'

La bestia negra del acosado jefe de Gobierno es, con todo, el ministro para las Reformas Institucionales, Francesco Speroni, que ayer sugería que, por su hastío ante los debates del Gobierno, Berlusconi es más dictador que el propio Benito Mussolini.En cualquier caso, Berlusconi ha evitado la mayor, al decidir que el debate sobre la confianza no será parlamentario. Ni Maroni ni Speroni asistieron a la reunión de ayer, y no se sabe si los ministros de la Liga participarán en la cita del próximo martes. Pero, ¿qué puede cambiar todo esto? Si Berlusconi y Fini dimitieran porque han perdido el apoyo de Bossi se suicidarían pólíticamente. Ahora es la izquierda, hasta ayer partidaria de aplazar la crisis hasta la aprobación de los presupuestos, la que pisa el acelerador y pide la dimisión inmediata de Berlusconi. Para Massimo D'Alema, líder del Partido Democrático de la Izquierda (PDS), el primer ministro debe dimitir antes de comprobar si la mayoría se mantiene.

Entretanto, Berlusconi ha nombrado abogado. Ayer se confirmó que la magistratura de Roma le investiga también por un presunto abuso de cargo público, mientras la de Milán cree haber encontrado rastros de su mano en fondos negros de Fininvest.

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