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Helms asegura que Clinton es odiado por los militares

Antonio Caño

El republicano Jesse Helms, próximo presidente del comité de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano, profundizó ayer hasta extremos insólitos su guerra particular con Bill Clinton al advertir que, la impopularidad del presidente entre los militares es tal que debería ir acompañado de guardaespaldas si decide visitar las bases del Ejército en Carolina del Norte. "Es mejor que Clinton se ande con cuidado. Es mejor que lleve un guardaespaldas", dijo el veterano senador por Carolina del Norte. En una conferencia de prensa posterior, el presidente norteamericano calificó las declaraciones de Helms de "imprudentes e inapropiadas" y añadió: "El presidente lleva las riendas de la política exterior de Estados Unidos, y los republicanos tendrán que decidir en quién depositan su confianza. Esa es una decisión que ellos tienen que tomar, no yo".Horas después de sus explosivas declaraciones, publicadas ayer por un periódico de Carolina del Norte, Helms emitió una nota en la que trataba de corregir su intención y, sin rectificar sus palabras, mantenía que éstas habían sido sacadas de contexto.

Ese tibio desmentido no evitó que las críticas del próximo presidente del comité de Relaciones Exteriores levantaran un escándalo en Washington. Tanto Bob Dole, jefe de la nueva mayoría en el Senado, como Newt Gingrich, próximo presidente de la Cámara de Representantes, trataron de separarse de su compañero de partido, aunque se negaron a descalificarlo.

El probable nuevo jefe de la minoría demócrata en el Senado, Christopher Dodd, consideró que las palabras de Helms constituyen una afrenta a las fuerzas armadas y a toda la nación, y exigió que el senador republicano pida públicamente disculpas. "Esto no es una república bananera", declaró Dodd, que también es miembro del comité de Relaciones Exteriores.

El viernes pasado Helms había manifestado ya que Bill Clinton no estaba a la altura de su cargo de comandante en jefe de las fuerzas armadas, y había añadido que esa era la opinión de la mayoría de los hombres de uniforme. Ayer fue más lejos aún al sugerir, de forma totalmente inusual en este país, que la seguridad del presidente podría estar en peligro cuando se encuentre rodeado de militares. Las palabras de Helms resultaron especialmente chocantes por haber sido hechas públicas el mismo día en que se cumple el aniversario del asesinato del presidente John Kennedy.

Las declaraciones del viernes de Helms, que será una pieza clave en el próximo Congreso y un interlocutor obligado de los visitantes extranjeros a este país, provocaron una reacción del propio jefe del Estado Mayor, general John Shalikashvili, quien aseguró que ningún miembro de las fuerzas armadas ponía en duda la autoridad del presidente.

Otros miembros del Partido Republicano consideran también que Jesse Helms ha ido demasiado lejos en sus críticas a Bill Clinton, hasta el punto de que se ha llegado a especular con la posibilidad de que el propio partido intente impedir que Helms asume la presidencia del comité de Relaciones Exteriores.

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