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El 'escándalo Alcatel' amenaza a los líderes de la derecha francesa

Enric González

Alcatel-Alsthom, primer grupo mundial en equipamientos de telecomunicaciones y estandarte de la industria francesa, se encuentra en el ojo del huracán de la corrupción política. Las acusaciones de los jueces contra el gigante electrónico dejan pequeñas las formuladas contra las dos grandes empresas de servicios, Lyonnaise des Eaux y Générale des Eaux, y entrañan un especial peligro para los líderes de la derecha. El propio primer ministro, Edouard Balladur, que entre 1976 y 1979 presidió una filial de Alcatel llamada GSI, podría verse salpicado.

Renaud van Ruyinbeque, el más conocido de los jueces anticorrupción, acusa a Alcatel de disponer de una caja negra para financiar a los partidos conservadores. Una de las Filiales del grupo, Alcatel Standard, envió el 4 de agosto de 1988 la suma de 3,2 millones de francos [unos 80 millones de pesetas] a una cuenta bancaria luxemburguesa cuyo titular era una sociedad fantasma llamada Suchy, a través de una sociedad instrumental panameña, IMTC; existen pruebas de que parte de ese dinero se destinó, dos meses más tarde, a pagar la compra de la sede del Partido Republicano (PR), presidido por Gérard Longuet y componente de la coalición conservadora Union para la Democracia Francesa. Dos ex ministros del PR, Alain Carignon y el mismo Gérard Longuet, han dimitido en los últimos cuatro meses para ser procesados por corrupción.Dentro de esa estrategia de generosidad para con los. políticos conservadores parece situarse también el pago de alguno de los gastos de Edouard Balladur, como la factura telefónica, cuando éste no era aún primer ministro y tenía su cuartel general en un piso del parisino bulevar Saint Germain.

Los jueces sospechan que la generosidad de Alcatel hacia los líderes de la derecha no fue desinteresada. Sus regalos se dirigieron precisamente a quien más podía favorecer los intereses de la empresa: Balladur fue, por ejemplo, ministro de Finanzas y Privatizaciones entre 1986 y 1988, y Gérard Longuet fue ministro de Telecomunicaciones. En ese época se concedió la primera red de radiotelefonía a la firma SFR, filial de CGE y uno de los mejores clientes de Alcatel.

Sin favores públicos

El presidente del grupo, Pierre Suard, se defiende con el argumento de que Alcatel no ha recibido favores de los poderes públicos, sino al contrario.Hay indicios de que la compañía pudo cometer fraudes sistemáticos. France Telecom se ha querellado contra su proveedor dé material Alcatel-CIT por haberle estafado al menos 50.000 millones de pesetas entre 1989 y 1993, mediante un mecanismo de sobrefacturación.

El presidente de Alcatel-CIT, Pierre Guichet, se encuentra en prisión preventiva desde el lunes. El propio Presidente del grupo, Pierre Suard, está a la espera de juicio por hacer reformas en su domicilio pagadas por la empresa y sin conocimiento de los accionistas. El poder de Alcatel sigue siendo enorme gracias a su implantación en todo el mundo y a un nivel tecnológico sin competencia en Europa.

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La cotización de las acciones ha caído un 50% en la Bolsa y la expectativa de beneficios para 1994 es la peor en años, pero aún así las ganancias rondarán los 100.000 millones de pesetas. Alcatel dispone asimismo de una importante capacidad de influencia a través de su división de prensa, en la que figuran L'Express y Le Point.

[Por vez primera, Jacques Delors aventaja a Balladur en las encuestas electorales para la presidencia de la república. Un sondeo para varios medios difundido ayer coloca al probable candidato socialista con cuatro puntos por delante del primer ministro, según Reuter.]

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