Primer ataque al poblado ilegal de 500 chalés al lado del Guadarrama
Donde antaño los familiares de Franco pasaban las vacaciones bañándose en las caudalosas orillas, del río Guadarrama ahora se levanta el mayor asentamiento ilegal de viviendas (hay 500) junto a un río de, toda la región. Ahora el Ayuntamiento de Móstoles, el más afectado, ha decidido poner fin a este descontrol urbanístico, derribando nueve viviendas ilegales levantadas sobre suelo público y protegido
Esta colonia cuenta con más de 500 chalés consideradas como segunda residencia, según establece un censo del Ayuntamiento de Móstoles (200.000 vecinos).Las casas de baño fueron creciendo a orillas del río hasta formar una colonia de casas ilegales levantadas al amparo de la noche.
Las casas ocupan ahora 1,1 millones de metros cuadrados de suelo, propiedad de la Confederación Hidrográfica del Tajo y de los términos de Villaviciosa de Odón, Navalcarnero y Móstoles. El terreno está bajo régimen de protección preventiva, paso previo a la declaración de Parque Regional del Guadarrama.
Pero nadie ha frenado la aparición de nuevas construcciones. Los ayuntamientos afectados y la Comunidad tampoco han impedido que se levanten los inmuebles, y justifican su pasividad en la demora de los jueces para firmar las órdenes de derribo".
Frente a tanta tolerancia, el alcalde de Móstoles, el socialista José Luis Gallego, ha tomado la delantera en el asunto, aunque con años de retraso. Ya ha comenzado a demoler nueve de doce infraviviendas. Sus vecinos "ocuparon" en 1991, con el consentimiento dé la Comunidad y el apoyo del portavoz de IU, Salvador Torrecilla, otros tantos chalés de promoción pública que el Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima, dependiente de la Comunidad) Construía en el barrió de Lo s Rosales para familias de escasos recursos.
El motivo de dicha ocupación fue una riada que desbordó el Guadarrama y se llevó parte de las casas que estaban en su orilla. A cambio del realojo, los afectados comenzaron a pagar un alquiler de entre 10.000 y 30 000 pesetas mensuales. El grupo mixto de Móstoles denunció varias veces que, lejos de renunciar a las infraviviendas del río, sus dueños las remozaron para utilizarlas como casa de campo.
Algunos inquilinos de Los Rosales firmarán en breve, con un año de retraso- un contrato con la Dirección General de la Vivienda de Madrid, que les permite comprar el chalé que ocuparon.
Al Ayuntamiento y al Gobierno regional todavía les queda plantearse el desalojo de las otras 500 familias que se aferran a las paredes de las históricas casitas de baño.
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