Jamás
Jamás. Para José Antonio Gimbernat, de la Asociación Pro Derechos Humanos, las cámaras de vídeo soñadas por Manzano son una pesadilla orwelliana, propia de un Estado totalitario. Se trata, pues, de una medida peligrosa."La gente tiene derecho a la privacidad cuando anda por la calle, un derecho al anonimato que hay que respetar", señaló Gimbernat, quien recordó que ya en marzo pasado su asociación se batió contra el ministro de Interior, Antoni Asunción, padre de la idea.
Tampoco le impresionó a Gimbernat el ejemplo ondinense que tanta huella dejó en el alcalde. "Eso es papanatismo. Londres no da lecciones de democracia. Y no todo lo ue viene de fuera es bueno", razonó Gimbernat. Un inconformista, a quien no tranquiliza que Interior haya pasado la pelota a los expertos constitucionalistas.
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