Raúl Sénder vuelve al teatro con una versión transgresora de Talesnik

"He hecho mucho teatro comprometido, pero me quedé calvo", dice Raúl Sénder para explicar por qué después de trabajar en numerosos montajes de grandes creadores escénicos se dedicó, a partir de 1974 y, según él, debido a que su físico terminó condicionándole, a ser humorista en salas de fiestas y en programas de telebasura. Ahora el actor ha vuelto al teatro puro y duro con La pereza, de Ricardo Talesnik, uno de los textos emblemáticos del teatro latinoamericano contemporáneo. Tras un gira por algunas ciudades españolas, llega mañana al teatro Albéniz de Madrid, bajo la dirección de María Ruiz y un reparto en el que, además de Sénder, están Margot Cottens, Francisco Maestre, Mónica Cano y Manuel Andrés.Sénder deja claro que no tiene nada que justificar por su trabajo de los últimos años: "Lo que he hecho no es hacer el gilipollas, es someterme un tiempo a lo que el mercado pedía y para ello me vestía de mamarracho", dice el actor.

Aunque tratada en clave de comedia, la obra de Talesnik emana un dramatismo que proporciona la situación personal del personaje: un hombre gris, una existencia vulgar, y profesionalmente un auténtico chupatintas, decide una mañana transgredir su mundo, quedarse en la cama y no volver jamás a la oficina: "Es una actitud subversiva", dice Sénder, "pero el elemento reivindicativo llega a través del humor".